Los psicólogos llaman «delirio de relación» al trastorno por el cual una persona porfiada y muy vulnerable cree ver coincidencias en todo lo que le sucede, como si la casualidad obedeciera a una ley desconocida. Pero ¿qué quiere decir aquí «delirio»? Es posible que sea precisamente esa coincidencia de los hechos y las imágenes lo que permite tener por primera vez una vida propia. Los relatos con orla negra de W. G. Sebald cuentan cosas cotidianas e inquietantes, son testigos minuciosos y excesivos de un desajuste pertinaz. De las grietas de la memoria asoman «hechos casuales», ya amenazadores, ya reconfortantes. Sin embargo, el leve infierno de la depresión no deja mudo al escritor, sino que parece percibir el mundo con más agudeza. Bajo el signo de la melancolía ha creado un texto de paradójica belleza.
la literatura no cruza el arte, se arrollan mutuamente. Una novela que arrasa con lo convencional. Y sin embargo mantiene intacto, e incluso alimenta el lenguaje que captura y mantiene al lector. Creado bajo el argumento de un viaje de .... reconciliación ? Expiación? iniciatico ? En 5 capítulos da forma a la búsqueda de comprensión, al tiempo que aborda, o permite ser abordado por otras artes, pintura, Arquitectura, Música, Teatro, la misma Literatura. hace mención a grandes escritores, los cita, los enaltece, los acompaña en sus desgracias y su perspectiva del amor. pasando por Stendhal, Ernst Herbeck , Casanova, Kafka , Leonardo Sciascia, involucra al lector con Verdi, Pisanello, Tiepolo, y otros cuyas obras apuntalan la de Sebald. Le dan consistencia, coherencia y firmeza. En un viaje, donde el ayer es hoy, el mañana es siempre , Donde lo Autobiográfico, se mezcla con lo histórico, con recuerdos que nunca existieron, con hechos absolutamente posibles, pero no indudablemente ciertos. El narrador debe realizar este viaje, por segunda ocasión, debe tomar datos, debe implicar su percepción, lo cual no siempre hace con certeza, cayendo en una montaña rusa, que causa verdadero vértigo, donde las imágenes aparecen ora claras, ora borrosas, y nunca sabes lo que has visto, pero se disfruta, aunque mi cerebro gire como la bola de la ruleta. Al final cae en el número correcto, soy el ganador... por el placer de la lectura.
En mi cabeza habían muchas cosas que con el tiempo concordaban a la perfección, sin que por ello estuvieran más claras
Las nubes pendían tan profundas que las casas desaparecían dentro de ellas y el crepúsculo del amanecer no podía elevarse
Libros encuadernados en lino, que un día, mi padre, a quien nunca se le hubiera pasado por la cabeza leer una obra, compro a un vendedor ambulante. En un arrebato cultural
Advierte que hasta las escenas más cercanas a la realidad de los recuerdos de los que dispone, merecen poca confianza
Un grabado ocupa todo el espacio de un recuerdo. Incluso puede afirmarse que acaba con el
Todo esta tan perfectamente organizado como si el mundo no estuviese compuesto más que de palabras