Ramón nació en mitad de una tormenta y a partir de entonces ya nunca dejaría de dar la nota, en cuanto pudo se dejó crecer la barba hasta la cintura y estiró su nombre como un chicle de sandía, haciéndose llamar Ramón María del Valle-Inclán y Montenegro. Ésta es la historia de cómo Luchó contra los lobos y los ratones, desafió una lluvia de balas, montó sobre un cocodrilo y perdió su brazo izquierdo. Y de lo que escribió con el derecho tras perderse en el misterioso callejón del gato.