El retablo esperpéntico de una sociedad en crisis, con todos sus fantasmas y contradicciones. Niños chemos que sueñan con tener una charola de judicial, niños bien aficionados a cazar nacos, mujeres que gruñen por insatisfacción sexual, empresarios adictos a los espejos, lectores de diarios amarillistas con pasiones inconfesables, intelectuales crucificados entre la vocación revolucionaria y el pago de la tarjeta de crédito ... Una novela picaresca que se lee con horror y fascinación por la sorprendente variedad de recursos que Enrique Serna despliega para narrar y reírse de lo narrado"
Los separaba una fractura invisible, como si se hubieran dicho todo en otra vida, en una discusión con gritos, lágrimas, golpes y abrazos que no debería repetirse más.