Duro ponerse en crítico con Fontanarrosa, a quién uno le debe tantas carcajadas. A fuerza de ser apasionado fan del Negro, uno le va conociendo los resortes y ya sabe que esa situación que relata en sus cuentos va a tener una vuelta de tuerca imprevista y ocurrente, con algún elemento extrapolado de otra realidad y metido en el final para darle palmadas al asombro. De todas formas, confieso que dentro de la galería de cuentos que hay en este volumen, siempre mis favoritos serán los de la mesa de bar. Esa charla tan argentina, con expresiones hilarantes, con esos amigos que se quieren a fuerza de puteadas, muestran el mejor costado del Negro. Destaco dentro del libro "Encuentro con Arturo", "Box 14" (de tremenda ternura), "El Choper", "Uno nunca sabe" y la fenomenal , que suda argentinidad "Cielo de los argentinos".
Simple, mundano, gracioso. Lo que podemos escuchar y charlar justamente en cualquier bar un grupo de varones amigos