La felicidad consiste en estar en paz con uno mismo y con los demás. La coherencia es el puente levadizo que nos lleva hacia el castillo de la felicidad. Hay que aspirar a una felicidad razonable, realista, sin utopía, la cual se alcanza sacándole a la propia existencia el máximo jugo posible.La felicidad no es el pájaro en mano, sino los cientos volando que van de aquí para allá.