Una novela que sugiere que aún queda la posibilidad de vivir el naufragio con humor y con dignidad. La condición humana se proyecta en la imagen del camino: esta novela magistral transcurre en rutas desiertas, moteles en huelga, trenes vacíos y pueblos fantasma.Desde allí se comprende mejor un país que repele y atrae al mismo tiempo.
Un viajé al sur que, como en La Odisea, parece imposible de concretar. Peripecias fabulosas, desopilantes y una tristeza hermosa. Libro fundamental
A ver, la similitud de la crisis que se vivía en la Argentina con la actual es inevitable, también es inevitable identificarse con el personaje en alguna de sus aventuras o desgracias. Del personaje no sabemos nunca su verdadero nombre, ni adonde se dirige, ni siquiera si lo sabe, básicamente la novela se define con una sola de sus frases: "Solo estoy de paso". El tiempo dirá si todos, como el caminito, una sombra ya pronto seremos. Super recomendable!
“Nunca me había pasado de andar sin un peso en el bolsillo. No podía comprar nada y no me quedaba nada por vender. Mientras iba en el tren me gustaba mirar el atardecer en la llanura pero ahora me era indiferente y hacía tanto calor que esperaba con ansiedad que llegara la noche para echarme a dormir debajo de un puente. Antes de que oscureciera miré el mapa porque no tenía idea de dónde estaba. Hice un recorrido absurdo, dando vueltas y retrocediendo y ahora me encontraba en el mismo lugar que al principio o en otro idéntico. Un camionero que me había acercado hasta la rotonda me dijo que encontraría una Shell a tres o cuatro kilómetros de allí pero lo único que vi fue un arroyo que pasaba por abajo de un puente y un camino de tierra que se perdía en el horizonte. Dos paisanos a caballo seguidos por un perro mugriento iban vareando animales y eso era todo lo que se movía en el paisaje.” Osvaldo Soriano (Mar del Plata, 6 de enero de 1943 – Buenos Aires, 29 de enero de 1997) fue un personaje único de la literatura argentina, en su momento leí todo lo que publicó y lo admire siempre, estuve en su velatorio, que fue en el gremio de periodistas, como un simple lector venerando a un maestro, había poca gente. Espero que las nuevas generaciones lo conozcan, como este libro desopilante, y también fruto de la casualidad estuve en el pueblo donde se filmo la película, no pudieron haber buscado un lugar mas adecuado. La película es de 1994, con la dirección de Héctor Olvera y las actuaciones de Miguel Ángel Solá y Roberto Carnaghi.
Soriano nos transmite en este libro lo que sentimos en algún momento de nuestras vidas muchos compatriotas. Desazón, olvidos, perdidas... Y perdedores, perdedores de la vida, perdedores del amor, desencuentros. Un libro que te deja un sabor a nostalgia y una tristeza tibia que lo hacen realmente interesante. Ahora bien, si estas bajoneado, mejor leerlo en otro momento.
Tuve la sensación de que ya no existíamos para nadie, ni siquiera para nosotros mismos. Nos conformábamos con la promesa de un desplante o con un cheque inútil. Lo que nos atraía era mirar nuestra propia sombra derrumbada y quizá pronto íbamos a confundirnos con ella.