UNA PROMESA EN EL FIN DEL MUNDO

Amo como.escribe Sarah Lark pero este libro me desilusionó. Aburrido y parece escrito como para cumplir con editar un nuevo libro

Buen libro, interesante, se lee rápido. Recomendable haber leído la trilogía de la Nube Blanca para darle más color a la historia aunque no es indispensable tampoco. Me pareció excesivamente corto en comparación a sus tres predecesores, y que algunas cosas se terminaron resolviendo excesivamente rápidas y de manera muy sencilla. Tal vez la autora podría haber ahondado más en algunos aspectos. De todos modos no pierde el encanto de los anteriores.

Se trata de un libro muy interesante, que se lee muy rápido, nos vuelve a transportar a Nueva Zelanda desde un punto de vista más nuevo y diferente. Recomiendo leerlo tras la trilogía de la Nube Blanca para un mayor disfrute del mismo.

Libro: Una promesa del fin del mundo Autora: Sarah Lark 🌟 🌟 🌟 🌟 🌟 4ta y última entrega de la saga "En el país de nube blanca" ambientada la mayor parte en Nueva Zelanda. Helena y Luzyna son dos adolescentes polacas, que fueron expulsadas de su país, cuando en 1939 Hitler firmó un pacto con Stalin, ambos se apoderarían de Polonia, uno invadiría Polonia occidental y el otro Polonia oriental. Fueron llevadas familias enteras a Siberia y a Alemania a los campos de trabajo forzado, para dejar sitio a los nuevos pobladores rusos y alemanes. En 1941 cuando Alemania rompió el pacto de no agresión, Stalin se unió a los aliados para combatir a Hitler, y le impusieron como condición que estableciera relaciones diplomáticas con Polonia en el exilio y gracias a esas negociaciones los polacos abandonaron Siberia. Helena y Luzyna eran libres, finalmente después de todo el sufrimiento que habían vivido, fueron llevadas a Irán, el país estaba siendo controlado por los aliados y ellas llegaron allí como refugiadas, sus padres habían muerto en Siberia. Estaban en un lugar seguro, eran bien alimentadas, pero no era precisamente lo que querían para sus vidas. Luzyna no quería estudiar, ni colaboraba de buena gana en el trabajo asignado en el campamento, era rebelde y egoísta. A diferencia de Helena, que anhelaba superarse, soñaba con ir a la universidad, y colaboraba con el trabajo, se preocupaba por su hermana y la cuidaba. Las chicas se enteraron que Nueva Zelanda aceptaría a 700 niños y adolescentes huérfanos que hubieran sido deportados de Polonia a causa de la 2da GM, e iniciaron los trámites para poder emigrar. Helena estaba triste porque por su edad, no podría realizar el ansiado viaje, a diferencia de Luzyna que si fue aceptada. Se prepararon para el viaje, Luzyna con sus pocas pertenencias y Helena para separarse de su hermana, con la intención de contactar a un conocido de sus padres y alcanzarla más tarde. Se llegó el día, Helena fue puntual para ir a despedir a su hermana, la nombraron para que abordara el camión que los trasladaría al puerto de donde zarparían y al darse cuenta que su hermana no había llegado, se le ocurrió tomar su lugar y realizar ella el viaje. Al final su hermana se dio cuenta, cuando pasaron cerca del campamento pero tampoco hizo nada por detenerla. Helena se culparía por eso mucho tiempo. El viaje no fue lo que ella esperaba, el trayecto hasta Nueva Zelanda fue un infierno y tuvo consecuencias que le cambiarían su vida y destino. Llegada a este punto de la novela, obviamente ya estaba enganchada, pero no veía por donde se relacionaría Helena con los personajes de los anteriores libros. James Mckenzie, hijo de Gloria Martyn y Jack Mckenzie, se había alistado para luchar contra Alemania en la 2da. GM, era piloto de las fuerzas aliadas, pero sus padres hicieron hasta lo imposible por traerlo de regreso, ya que Jack, su padre, había luchado en la anterior guerra y no querían que su hijo pasara por lo mismo e incluso tenían temor de que muriera. James regresa, pero está muy molesto porque fue obligado. Miranda Billard es una chica que está colaborando con el proyecto de nueva Zelanda, de atender a los refugiados de guerra, conoció a Helena y se hacen amigas, es prima de James Mckensie. Es precisamente Miranda quien va por su primo, cuando este regresa de la guerra y en el trayecto, tienen un percance y es cuando se conocen James y Helena. Por fin llegó el meollo del asunto, el vínculo entre el inicio de esta 4ta parte de la novela con personajes de las anteriores. Helena intenta construir una nueva vida, trata de dejar atrás todos los recuerdos y las culpas, y afronta su nueva realidad. James de la misma manera intenta seguir adelante trabajando en la granja, a pesar de la molestia por su regreso forzado. Gwyn nuestra primera protagonista había muerto, tuvo una vida longeva, pasaba de los 90 años. Alrededor de los años de 1945, los Maoríes estaban perdiendo sus costumbres, su cultura e identidad, debido a la integración a la sociedad pakeha, estaban en riesgo de desaparecer. Para esos años la vida en Nueva Zelanda ya era del todo moderna, había coches, teleférico, calles pavimentadas, en la granja de los Mckenzie a parte de usar perros collie para buscar y agrupar ovejas, James usaba una avioneta, las mujeres se preparaban y trabajaban. Este 4to libro tiene algunas ilustraciones, este detalle me encantó. Me gustó mucho esta saga, y como me pasa con otras, no quería que acabara. Recomendados este y todos los libros de la autora. Me gusta que sus novelas son historias reales, contadas de tal manera que mientras disfrutas de la trama, de los personajes y las descripciones de paisajes, aprendes !!!

Me encanto!!! como todo lo que leí de Ella !!!! Hermosa historia donde surgen nuevos personajes que se entre mezclan con los de las sagas del País de las Nubes Blancas !!!! En cierta manera es la concluye de la saga

La continuación de la trilogía de la nube blanca. Diferente tono pero entretenida también.