Séptimo volumen de una saga de diez, editada cronológicamente. Amanda está más que cansada de pretendientes anodinos. Como buena Cynster que es, decide tomar las riendas y una noche hace lo impensable: acude a un salón de juego, un lugar al que ninguna dama respetable debería acudir jamás, pero donde se puede encontrar a un buen número de hombres interesantes. Allí conoce al conde de Dexter, un hombre apuesto, sensual y misterioso, que ha retrasado su regreso a la alta sociedad y ha preferido vivir en la periferia de ese mundo.