El desenfreno erótico, el despecho, el amor lésbico o el miedo a la violenciade género, que es necesario combatir siempre y de cualquier modo, son algunosde los temas presentes en esta recopilación de relatos. Una nave de sexo yficciones, de alguna manera consigue que la ficción y el sexo se equiparen enuna cosa: ambos nos ayudan a explorar, por medio de la palabra y laimaginación, nuestras vivencias más personales.Pero este conjunto de relatos no sólo gira en torno al erotismo, sino quecontiene historias de locura y pasión. Hay una gran multiplicidad de vocesnarrativas, no nos encontramos con un solo punto de vista, debemos encararmuchos. El lector se verá drásticamente enfrentado a lo más bajo y a lo másnoble del ser humano, como en la vida misma. La tragedia, el humor, elsarcasmo, el dolor y la soledad se entrecruzan en los fragmentos de esta obra,caracterizando a personajes únicos, tan diversos y con reacciones taninesperadas que todo el tiempo sorprenden y atan.Las protagonistas de estos relatos se adentran en ese universo del deseo yemociones sexuales, reservado hasta hace pocas décadas únicamente al hombre.Ahora la mujer no sólo expresa sus pensamientos más íntimos, sino tambiénelige cómo y cuándo hacerlo.Esther Aparicio vuelve a emocionar con esta obra, sobre todo cuando leemos porejemplo: "Patricia Hernández pasa la tarde haciendo ganchillo parasobrevivir". Describe la visión más anodina y amarga de la mujer; de una mujera veces sin futuro ni respuestas, o: "Confundo a veces el rostro del deseo conel del amor. Soy así de ingenua". Pero todo no es una confesión cotidiana, quea todos nos suena; también hay alegría, humor y una puerta abierta por donderespirar aire puro y fresco.