UNA MUERTE MUY DULCE

Es tremendo cuando tienes que expresar cómo ha sido tu ultimo encuentro con alguien a quien amas , sobre todo si esa persona representa tanto para ti. De repente, te encuentras con la decadencia de esa persona que creías incombustible, infranqueable, inmortal. Esa persona te enseñó a ser la persona que eres, aprendiste con ella, de ella y siempre estaba para ti, pasara lo que pasara. Tu madre, ese ser que representa un oasis en el desierto de tus penas, infortunios, pesares, desgracias. Tu madre, esa persona que vive por y para ti desde el momento en el que naces. Que amas y odias al mismo tiempo, porque es quien te cuida, te anima, te reprende, te aconseja y te dice que no hagas esto ni lo otro porque lo pasarás mal y que , al final ,siempre terminas por darle la razón porque antes de que tu vayas ella ya ha vuelto unas cuantas veces. Simone de Beauvoir nos cuenta cómo fue el declive de ese titán que fue su madre y sobre todo nos hace cómplices de cómo se sintió mientras se iba yendo, cómo se fue apagando la luz de su vida, el faro que la marcó. Se fue poco a poco, no sin antes luchar contra el destino . Simone se negaba a entender el final de alguien tan importante en su vida, aceptar esa partida, pero irremediablemente el juego de la vida siempre pierde contra lo que a todos nos espera, ese tránsito tan misterioso que nos aguarda y sobre el que no nos podemos rebelar. Un relato triste y hermoso a la vez.

El título es la única ironía que encontraremos en este relato donde la autora nos va describiendo crudamente la realidad y devastación de ver a su madre apagándose lentamente. En este relato profundamente verídico y personal, la autora describe las últimas semanas de la madre moribunda a causa de un cáncer y donde la propia autora se sorprende de sus intensos sentimientos. ¿Qué haríamos si aún sabiendo de un final cercano de un familiar tan cercano como nuestra madre, nos dicen que si hay operación pueden prolongar su vida unas semanas o tal vez un par de meses y lo que conlleva con eso, que no es otra cosa que prolongar el sufrimiento de la paciente? O ¿Dejaríamos que se fuera apagándose y terminar con el suplicio de la enferma y familiares? La respuesta cuando no se está en esa situación parece sencilla…, pero no lo es en absoluto cuando la vives y es en ti cuando recae esa responsabilidad. Un relato breve, pero a ratos sumamente duro, aunque no siempre; a veces me he sentido como si estuviera leyendo parte de un diario personal sin el permiso de su autora. Y es que Beauvoir muestra toda su intimidad ante la proximidad de la muerte de su madre. Es como si el alma de la autora fuera quien le dictara las palabras, las líneas a escribir.

En esta novela Simone cuenta como fue la muerte de su madre y cómo lo vivieron ella y su hermana. A mi me impactó mucho, quizás porque aún tengo a mi madre conmigo y no quiero llegar a este momento. Y nos hace reflexionar inevitablemente sobre la vida que llevamos, los dolores que tenemos, los conflictos reales o ficticios que nos separan de nuestras hermanas. Yo ya lo comparti con la mía y asimilando y comprendiendo el valor del tiempo que aun tenemos para disfrutar de mamá y para las despedidas.

Una novela muy pequeña pero muy intensa sobre la hora de la muerte. Me pareció sencilla pero a la vez con muchos detalles.