UNA HABITACION PROPIA

No soy mucho de ensayos y dicho esto, pero tenía que leer sí o sí este de Virginia Woolf porque he añadido a mis lecturas varios libros feministas y como no, me tocaba pasar en algún momento por esta escritora británica. Ella es una de las figuras más destacadas del vanguardismo moderno, el feminismo internacional y pertenecía al grupo Bloomsbury. Una habitación propia fue publicado por primera vez en 1929 y está basado en una serie de conferencias que la autora desarrolló en dos universidades femeninas. La autora para su desarrollo utiliza un narrador ficticio para explorar a las mujeres escritoras y su argumento gira entorno a los problemas que encuentran las escritoras a la hora de escribir sus novelas, mencionando tanto a autoras conocidas como a personajes de ficción, frente a los escritores masculinos. A lo largo del ensayo se reivindica el papel de la mujer escritora, mencionando en repetidas ocasiones que para hacerlo necesita dinero y una habitación propia donde poder escribir. Es una idea que desarrolla perfectamente con muchos ejemplos, ella considera que las mujeres han sido apartadas del mundo de la escritura, nadie se lo ha puesto fácil y considera que si consiguen la libertad económica podrán preocuparse únicamente de la escritura. También nos cuenta como muchas veces los padres privaban a sus hijas de la educación que sí daban a los chicos, cosa que tampoco favorecía la aparición de escritoras y sí de escritores. La autora inventa el personaje de Judith Shakespeare, la hermana de William que tenía que quedarse en casa mientras su hermano iba a la escuela y aprendía lo necesario para llegar a ser un buen escritor y en cambio ella con el mismo talento veía como este moría antes de poder desarrollarse. También toca otros temas controvertidos como el lesbianismo... no me quiero imaginar la de ampollas que su solo mención podía despertar en el momento en que fue escrito. Es una lectura muy interesante y es una buena elección a la hora de empezar con la autora. Al terminarlo me dejó un buen sabor de boca y muchas ganas de seguir conociendo su obra. “No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente.”

Virginia Woolf fue una novelista y ensayista británica conocida por obras como Orlando, Al faro o La señorita Dallowey . Una habitación propia es un ensayo largo escrito en 1928 a raíz de unas charlas que dio sobre La mujer y la novela. La tesis principal de esta obra es que las mujeres no han escrito demasiadas obras a lo largo de la historia porque carecían de dinero y de una habitación propia, donde poder escribir con tranquilidad y sin interrupciones. Para ilustrar esta tesis, primero nos habla de la época isabelina,inventándose a una hermana de Shakespeare que no pudo lograr sus anhelos de ser poetisa a pesar de tener el mismo talento que su hermano. Luego pasa a tratar sobre las escritoras del siglo XVIII, de las cuales se burlaban los hombres por el hecho de escribir, y cuya escritura se veía dificultada por el temor y la cólera. Después habla sobre las grandes escritoras del siglo XIX (hermanas Brönte, Jane Austen, George Elliot) que les deben mucho a sus predecesoras. Por último, escribe sobre las novelistas contemporáneas, que en parte ya no tienen excusas para escribir (la mujer ya puede estudiar, tener ingresos propios, etc.). Me ha gustado mucho el ensayo, aunque no sé si el dinero es tan determinante como ella indica (importante sí que es). También a veces cae en generalizaciones, como cuando indica que los hombres hacen menguar a las mujeres porque quieren sentirse superiores. Me ha agradado mucho la idea de que dentro de nuestro cerebro hay un cerebro masculino y otro femenino, y que es conveniente que haya armonía entre ambos para poder crear obras de valía. En resumen, es una obra que recomiendo a los defensores de los derechos de la mujer.

De entre las grandes desigualdades y discriminaciones en la historia humana, resalta por su contundencia, constancia e invasión en todos los qué hacerles de la humanidad, la referida al género, es sin duda de las más dramáticas, crueles e inhibidores del espíritu humano. Virginia Woolf, con un estilo literario privilegiado, nos da un recorrido por los modos, lugares y épocas de discriminación por género, nos narra historias indignantes de mujeres mancilladad en su dignidad humana, y, nos cita frases de personajes conocidos, muy conocidos, denigrando a las mujeres en sus capacidades humanas. Sin duda, una obra genial para introducirnos en el estudio del género y para concientizarnos sobre el respeto mutuo .

Por fin me pongo con uno de los libros que más llevan pendientes en mi lista, y lo ha estado porque era consciente de lo que iba a leer: Un ensayo sobre la relación que ha existido siempre entre la literatura y las mujeres. Me ha sorprendido ver que no era solamente sobre eso, las diferencias en cualquier aspecto de la vida entre hombres y mujeres en aquella época eran abismales, pero no me tengo que ir tan lejos. Hija de…, esposa de…, madre de…, eran los títulos a los que hace menos de 50 años en España podía aspirar la mayoría de las féminas. Yo misma veía con estupor cómo mi propia abuela, aún teniendo sus estudios (era una mujer fuera de lo corriente), firmaba una y otra vez como señora de Delgado, sin tener derecho siquiera a su propio nombre desde el momento en que se casó. Todas las cosas que ahora disfrutamos como humanos, se las debemos a muchas que vinieron antes levantando ampollas entre la sociedad al mostrar las evidencias de todas estas injusticias: Una mujer no podía disponer de sus propiedades, su padre o marido tenía que autorizarlas para viajar, para abrir una cuenta en el banco ¡hasta para poder trabajar! El título se basa en una realidad: si una mujer no tiene independencia, no se podrá dedicar a otra cosa que no sea la casa y la crianza de sus hijos. Es cierto que hemos avanzado muchísimo, ya no necesitamos un papel en el que nos permitan ser nosotras mismas, y todo se lo debemos a ellas, a aquellas que no se conformaron con ser un apéndice de un hombre, las que lucharon por participar en deportes, escribir, votar, en definitiva, las que pelearon por vivir en igualdad de condiciones con el otro 50 % de la población, aunque al principio lo hicieran en la sombra. Una lectura que necesita su tiempo, ya que da muchos datos en los que se apoya para dar su opinión, que se convierte en la de muchas más, pero que merece mucho la pena y me parece muy recomendable.

En este discurso la autora nos habla del papel que ha tenido la mujer en la escritura, no solo como autoras sino también como personajes. En lo personal me ha parecido muy interesante y triste el hecho de que todavía muchas cosas sigan siendo vigentes, no solo para las mujeres sino que los escritores en general pues vivir de libros sigue siendo algo que solo unos pocos pueden permitirse aunque ahora las barreras son un poco distintas. Dentro del texto hay muchos puntos que comparto y otros que no pero pero en general me ha gustado y puesto una perspectiva distinta sobre ciertas cosas.

Me sorprendió, no esperaba un ensayo tan interesante, lúcido e incluso actual a pesar de haber sido escrito en los 30’. Si bien el ensayo usa como excusa que necesita una mujer para poder ser escritora, en realidad el libro abarca múltiples problemáticas y reflexiones sobre el rol de la mujer, la desigualdad entre sexos, la falta de independencia económica de la época, que no fue completamente superada, etc. Es un libro equilibrado, justo, muy distinto a los discursos que estamos experimentando últimamente, de hecho sería muy interesante que fuese leído por hombres, al igual que otras obras como La mujer rota de Simone de Beauvoir. Creo que la forma de achicar la grieta entre hombres y mujeres no es mediante acusaciones, violencia o maltrato de ninguna de las dos partes, sino justamente tratando cada sexo de comprender las problemáticas propias del otro. En una palabra: Empatía. (Esto es expresado en el fragmento citado a continuación). Un ensayo que me hizo meditar sobre las mujeres en general; las condiciones necesarias para producir arte, y las dificultades particulares de las mujeres artistas, entre muchos otros temas. Les dejo un fragmento que me pareció central, es un poco largo, pero voy a tratar de editarlo: “Mi tía Mary Beton, debo contarles, murió por caerse del caballo... La noticia de mi herencia me llegó una noche más o menos al mismo tiempo que se aprobaba una ley que otorgaba el voto a las mujeres. Una carta de un notario cayó en el buzón y al abrirla me encontré con que mi tía me había dejado quinientas libras al año para siempre. De la dos cosas - el voto y el dinero-, el dinero admito parecía infinitamente más importante. Antes de eso, me había ganado la vida gorroneando algún que otro trabajo en periódicos ... leyendo a damas ancianas, haciendo flores artificiales, enseñando el abecedario ... . Esas eran las principales ocupaciones abiertas a las mujeres antes de 1918. No hace falta, me temo, describir con ningún detalle la dureza del trabajo ... ni la dificultad de vivir con ese dinero... Pero lo que todavía queda en mi como un castigo ... es el veneno de miedo y amargura que aquellos tiempos engendraron en mi. Para empezar, estar haciendo siempre un trabajo que una no desea hacer, y hacerlo como una esclava ... Es notable ... el cambio de humor que un ingreso fijo trae consigo... Comida, casa y ropa son míos para siempre. Por lo tanto, no tan solo cesan el esfuerzo y el trabajo, sino también el odio y la amargura. No necesito odiar a ningún hombre ... no necesito halagar a ningún hombre... Así, imperceptiblemente me descubrí adoptando una nueva actitud hacia la otra mitad de la raza humana... También ellos, los patriarcas, los profesores, tenían interminables dificultades, tenían terribles inconvenientes que enfrentar. Su educación había sido en cierto modo tan imperfecta como la mía.” Por momentos la prosa es un poco pobre y me hace dudar de la traducción, tengo edición Losada. Disculpen que no use corchetes y el texto no esta muy prolijo pero lo escribí en el celular.

Una habitación propia de Virginia Woolf es un ensayo sobre independecia económica, social y libertad de las mujeres a lo largo de los siglos que no tenemos y por ello hay hace visible las diferencias a la hora de escribir. Me ha enganchado hasta el final y seguro lo volveré a leer. 63.Marzo 2022

Una habitación propia es un ensayo, en palabras de la autora fue difícil y complicado de escribir, porque presenta una premisa muy sencilla. ¿Qué necesita una mujer para ser escritora? Aunque la pregunta es simple, Woolf da una respuesta que es sumamente compleja, detallada y realista, una mujer necesita independencia, autonomía, educación y un sistema que le permita ser mujer. Con su acostumbrada maestría, hace una reseña de las dificultades que tienen las mujeres para desarrollarse intelectualmente en una sociedad que tenía la tendencia de relegar a la mujer a tareas que "no exigen" tener un gran cerebro. Como sociedad hemos crecido, madurado y ha habido muchos cambios, y quisiera creer, hoy nos encontramos mucho más cerca de la equidad entre hombre y mujer que en aquel lejano 1929 que fue escrito este ensayo.