Un libro con un ritmo lento pero bonito. Creo que de los clásicos que he leido hasta el momento este es uno de mis preferidos. Aunque no desde el principio este libro se basa en el amor romantico si tiene unas partes muy tiernas y por la página 1** ya empieza un poco de acción. Un clásico que recomiendo
Leí este libro siendo una niña de 15. Me marcó. Siempre lo he tenido en mi mente. Cúando la vida se me complica, recuerdo a Polly, incansable,tenaz,humilde,altruista,fiel a sus princípios,con sus virtudes y defectos...con perseveráncia todo se consigue en la vida!!!
Louisa May Alcott con su clásico "Mujercitas", siendo de mis primeras lecturas, logra un gran impacto en mi y me hizo sumergir en la búsqueda de más protagonistas que se ganaran mi admiración. Sin embargo, después de tanto tiempo vengo a leer este otro libro de la misma autora, y he descubierto la que hasta ahora (sin duda alguna) se ha vuelto mi ejemplo a seguir, pues Polly es la chica ideal (ojo, dentro de las capacidades humanas). Primero mi disculpa para quienes no difieran de mi opinión, pero realmente en Polly he podido hallar un real modelo para mi como mujer joven, ya que ella siendo una buena y obediente hija, caritativa y ,exactamente como dice el libro, "una chica chapada a la antigua". No obstante, no llega a ser completamente recatada, ni sumisa sino que nos muestra un equilibrio, pues también es fuerte e independiente. Claramente, dista de ser perfecta, en muchas partes del libro nos muestran sus fallos, pero siempre vuelve a sus orígenes y vuelve a ser la misma persona buena, amable, carismática y sobre todo valiente. Lo recomiendo totalmente.
Cuando te sientas abatida, trata de hacer feliz a alguien y pronto recobrarás la alegría".
Polly rogó al cielo que le concediera fortaleza para convertir su vida en una dulce canción que ayudara a todos mientras durase y fuera recordada después que desapareciera del mundo".
Pues de todos los fenómenos de la época, el más estúpido era el de que los niños jugaran al amor. A ella le habían enseñado que el amor era algo sagrado y serio; según su criterio, era mucho más impropio flirtear con un muchacho que andar en trineo con una docena".
Pues los buenos propósitos y los principios sanos son los mejores maestros, y la falta de ellos hace que la mitad de las mujeres de América sean lo que son: inquietas, sín guía, frívolas y enfermas".