Los miembros del Club de los Siete Secretos iban a celebrar una de sus sesiones. El punto de reunión era el viejo cobertizo del jardín de Peter y Janet. En la puerta campeaban las letras C.S.S., pintadas de verde.
Recuerdo que cuando me fui a vivir en pecado con la señora Pérez ( fines de semana, apretones y fiestas de guardar) teniamos piso nuevo y una colección de muebles muy singular. Sofa cama, mesa y dos sillas multifuncion ( eran de plastico e igual servian para interior o terraza) y nevera. No tele. Una minúscula lampara y eso si, nuestros libros. Los siete secretos, era un tesoro común. Siempre hablamos de las diferencias entre los detectives siete secretos y los aventureros cinco. Y entre arrumacos, vinos y besos de las primeras veces de vida comun, recuerdo los debates. Siempre ganaba ella, y sus condenados siete secretos con peter como amo del cortijo. En este libro, aburridos por no tener nada que investigar, tropiezan con el robo de un collar. Esto da rienda suelta a sus aventuras e investigaciones. A todos sus libros la autora acompañaba ilustraciones ( blanco y negro, no daba para mas) y pese a no tener de una literatura mas fina como los grandes clásicos la fórmula funciona y de que manera! Hoy no hay forma de hacerles leer a blyton...en parte lo entiendo, tienen una literatura mejor fabricada y acorde a su generación. Y en casa estan, amarilleando y envejeciendo en el cementerio de libros olvidados de los perez. La novela, blyton tenia un patrón muy claro. Divertir.