Un viaje inolvidable, una experiencia única. Así valora Covadonga O’Shea su periplo por Tierra Santa. Un viaje extraordinario, rico en vivencias, al que siempre aspiran muchas personas, tanto creyentes como no creyentes. Sin entrar con detalle en los asuntos políticos y los conflictos religiosos del lugar más sagrado del mundo, pero sin dejar de contar todo lo que vio y vivió durante aquellos días, la autora va pisando, más de dos mil años después, las huellas de Jesucristo desde la Encarnación en Nazaret hasta su muerte en la cruz. Jerusalén, cuna y fuente de la fe, es eje central y punto de partida de la narración: la Vía Dolorosa, el Muro de las Lamentaciones, el Monte Sión, el huerto de Getsemaní…