Kate no se siente con ánimos de jugar a detectives con una niña, pero desde siempre ha sentido una especial simpatía por Jules, cuya precocidad salta a la vista . Así que, en parte, buscando algún entretenimiento que le ayude a sobrellevar la escapada de Lee y, en parte, deseando cumplir con las expectativas que ha creado en su joven amiga, emprende la búsqueda de Dio. Sin embargo, la aventura pronto desemboca en una investigación mucho más peligrosa. Y Kate ya no está en condiciones de garantizar a Jules que su amigo no haya sufrido algún daño, ni siquiera de garantizar que Jules no vaya a ser la próxima víctima.