El comportamiento, la mentalidad, la moral, los fines de las Fuerzas Armadas uruguayas, en particular de los integrantes de la Marina, son desnudados en forma sistemática por alguien que las conoció desde adentro durante tres años. A partir de setiembre de 1977, cuando ingresa a la Prefectura Nacional Naval, hasta octubre del 80, en que se produce su deserción, Daniel Rrey Piuma tuvo acceso a informes caratulados como secretos, archivos de inteligencia, fotografías y otros, documentos con los cuales -mediante copias y microfilmación- huyera del país, y que hoy están en custodia en las Naciones Unidas. La intención de sus denuncias -que constituyen un importante testimonio de la aplicación de la doctrina de la seguridad nacional en el Uruguay y la connivencia de los organismos de represión en el Cono Sur, y que descubren una realidad que golpeó el hogar y vidas de miles de uruguayos durante más de una década- está reflejada en el propio título Juicio y Castigo a los Culpables que dio a su informe, que hace un poco de justicia a los presos, a los torturados, a los que pasaron por los campos de concentración y los cuarteles, a los secuestrados y desaparecidos... A ese pueblo que de muchos modos vio morir padres, hijos, amigos, sueños, esperanzas.