En 1700, la corona española cae en las manos de Felipe de Anjou. A los pocos menes de la llegada del rey Borbón a Madrid, su abuelo Luis XIV, le envía al financiero Juan Orry como colaborador, para asesorarle en materia de hacienda. Sin embargo, Orry no tarda en interesarse por lo que llama el "interior del gobierno", considerado que será imposible reorganizar la hacienda sin reformar el conjunto de la administración real.