El término "pez banana" proviene de una historia que Seymour cuenta en una playa a una niña. En la historia se refleja el carácter inconformista y profundamente pesimista tanto de Seymour, como del libro en su conjunto y del propio Salinger.
Una joven pareja de vacaciones en un hotel en la playa. Los padres están muy preocupados por ella, porque Seymour, su esposo, parece que está “mal de la cabeza” y hay evidencias al respecto. Así volvió de la guerra. La historia tiene vuelcos sorprendentes. Y la fuerza de los diálogos muy bien armados permite a su vez conocer muy bien a los personajes. En la playa, Seymour le contará a alguien muy inocente, sobre la existencia de un pez plátano (o banana) que entra en un pozo a comer plátanos y que al principio parece ser un pez normal pero luego se transforma en una criatura hambrienta que se desnaturaliza. Una fábula para niños muy inocente, pero que lleva a toda una denuncia de los antivalores de las personas y de su búsqueda desmedida del poder. ¿Triunfará el pesimismo y la desesperanza? ¿Se puede salir indemne de ese pozo? Un relato cuyas páginas muestran que a partir de lo simple en apariencia, podemos llegar a un segundo tiempo después de la lectura, en que los alcances de lo leído siguen dando vueltas con resonancias inquietantes.