Las cosas no marchan bien en Roma para Marco Didio Falco, que debe aceptar una misión en Oriente para ganarse la vida. Junto a su inseparable Helena Justina, se integrarán en una compañía de teatro en la que se han producido varios asesinatos.
Como siempre, me lo he pasado muy bien viajando por los confines del Imperio romano. En este caso más que en otros de la saga es un auténtico libro de viajes, en el que se nos describen los paisajes, los caminos, las ciudades y las gentes que las poblaban, des del reino navarro a las ciudades romanizadas que forman Decapolis, para llegar a Damasco y Palmira. Falco, se tropieza siempre con aquello que no ha venido a buscar y su incapacidad de pasar de largo de un asesinato, entre otras cosas, lo hace enrolarse en una compañía de teatro ambulante. De esta forma conocemos no so!o los repertorios, sinó los personajes clásicos de una comunidad como esta y del funcionamiento, siempre precario com ahora, de las compañías de teatro. Lejos de la soldadesca, los esclavos, prisioneros y cónsules y pretores, Lindsey Davis, también nos hace pasar un buen rato aunque el esclarecimiento de los casos, porque en realidad son dos, no llegue hasta la última noche en Palmira