TRES MUJERES/ UNIONES

ROBERT MUSIL

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Sinopsis de TRES MUJERES/ UNIONES

«Todavía más que la de Proust, la sensibilidad de Robert Musil era hermafrodita. Se podía centrar en la corriente de la conciencia femenina inarticulada o subliminal, en las palabras de las mujeres cuando hablan consigo mismas, con una exactitud y una osada precisión que ningún otro escritor moderno ha alcanzado». GEORGE STEINER Nacido en los años declinantes del imperio de los Habsburgo, Robert Musil sirvió a su Majestad Imperial y Real en una sangrienta conflagración continental y encontró la muerte durante la guerra todavía peor que siguió. Mirando hacia atrás, llamaría a la época en la que vivió «una era maldita». Para Musil, el rasgo más obstinadamente retrógrado de la cultura alemana era su tendencia a separar el intelecto del sentimiento. Le parecía que la educación de los sentidos a través del refinamiento de la vida erótica entrañaba la promesa de elevar a la gente a un plano ético más alto. Deploraba los roles rígidos, que se extendían incluso al ámbito de la intimidad sexual, confirmados en su vigencia por las costumbres burguesas tanto de hombres como de mujeres. «Como consecuencia, se han perdido y sumergido regiones enteras del alma», escribió. De la introducción de J. M. COETZEE (Premio Nobel de Literatura)

2 reseñas sobre el libro TRES MUJERES/ UNIONES

Descubriendo a un Robert Musil que no es sencillo de leer: lenguaje abstracto, poético, filosófico. Narrativa compleja, situaciones inasibles, ambiguas, oscuras, inextricables. Toda una aventura para la inteligencia. Ayudan los críticos y analistas literarios que descorren velos que un lector más o menos común no logra descorrer. Toda una aventura la lectura del gran Robert Musil.


"En Tres mujeres, que ahora aparece por primera vez en español, Musil reunió tres relatos precedidos, cada uno dentro de un diferente juego de relaciones, por la figura de una mujer “Grigia”, “La portuguesa” y “Tonka”. Como todas las obras de genio, a primera vista los tres relatos pueden parecer inscritos en un mundo y un ambiente excesivamente extraños e impenetrables en la dirección de su significado último. Musil no se ocupa de hacer aclaraciones, y los relatos se abren a una multiplicidad de posibles interpretaciones sin que ninguna parezca agotarlos sino, por el contrario, al final de todas ellas, cada uno se muestra abierto y cerrado sobre sí mismo. En este sentido, tienen un claro carácter hermético; pero su hermetismo es el de las parábolas, que siempre nos proponen una imagen que rechaza todo intento de encontrar para ellas una sola explicación y se alimenta de su propia ambigüedad. Las historias que Musil narra oblicuamente en “Grigia”, “La portuguesa” y “Tonka” son, en última instancia, tres historias de amor; pero en ellas el amor importa no sólo en razón de sí mismo, sino también en razón de las transformaciones que provoca en la relación de los protagonistas con la realidad. En esta dirección, los tres relatos se sitúan naturalmente dentro del contexto general de la obra de Musil; pero, al mismo tiempo, su forma los coloca en un lugar especial dentro de ella, los hace corresponder a un momento determinado en la evolución del escritor, en el que es indispensable detenerse. No es necesario insistir en el carácter esencialmente subjetivo de esta interpretación de la naturaleza de las experiencias. Para Musil el viaje en busca del conocimiento siempre se realizará desde la conciencia hacia su objeto. Y como artista, lo que le interesa, por tanto, es la revelación de esos movimientos de la conciencia. En este proceso el sexo ocupa un lugar importante precisamente porque a través de él se produce un agudizamiento de la capacidad de percepción. Es natural que en sus dos obras siguientes, “La realización del amor” y “La tentación de Verónica la tranquila” (publicada bajo el título de Uniones), la acción se centre con mayor intensidad aún en esos movimientos de la conciencia y que el tema de los relatos sea abiertamente erótico y amoroso. En ellos, la acción se reduce ya casi por completo a “esa exploración de las tinieblas” a través de la “idea del claroscuro”. Musil se dirige a su objeto más directamente aún que en Tórless, y su sistema se cierra en él hasta un grado tal que en “La tentación de Verónica la tranquila” todas las presiones exteriores de la realidad están ignoradas en favor de la pura visión interior que nos muestra sus efectos sólo a través de la conciencia que los experimenta. Los dos relatos buscan el sentido del fenómeno amoroso siguiéndolo como expresión de la sexualidad, que a su vez es vista, de nuevo, como un medio de llegar a desentrañar la posible relación del alma con el mundo, al exponerla a las perturbaciones que el sexo provoca en ella. Sexualidad, amor y conocimiento se unen indisolublemente y su complejo tejido de relaciones en el ámbito cerrado de la conciencia se convierte en el objeto único del lenguaje que hace posible el desarrollo narrativo." TRES MUJERES, DE MUSIL (Prólogo del libro Tres Mujeres, de Robert Musil, que la Universidad Veracruzana publicó en su colección Ficción.) por JUAN GARCIA PONCE


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