TRAFALGAR

Don Benito genera dos sensaciones principales con Trafalgar. La primera, es sentir que hemos participado en lo que fue tal vez la última gran batalla naval de navíos a vela de la historia. Vívidamente con su relato. A bordo del Santísima Trinidad y luego del Santa Ana y después por las vicisitudes de la brega, a bordo del Rayo. Tres de los 33 navíos de la Armada española y francesa. Por el otro lado estaba Nelson. Don Horacio Nelson, uno de los que comandaba la flota británica de 27 navíos. La segunda sensación, es que acabo de sentir la necesidad de leer algunos otros Episodios Nacionales, serie que abre el drama de Trafalgar, escrita cuando el canario Don Benito recién estaba por cumplir las 30 primaveras. La galería de personajes es espectacular. Varios de ellos trasmiten patriotismo, pero con crítica a la clase española dirigente, responsable de la catástrofe y el sacrificio inútil de las vidas. Gabriel Araceli es quién narra, huérfano recogido, metido a grumete en batalla por el azar, quién entenderá de duro modo el verdadero significado de las ideas de patria, heroísmo y honor. Se termina preguntando ¿Para qué son las guerras, Dios mío? Marcial, el discapacitado pero beligerante marinero, desarbolado a causa de mil batallas, de castizo y marinero lenguaje que mira el mundo desde la atalaya del “nosotros los buenos”. Doña Francisca, una mujer práctica, de armas tomar, pero antibelicista al completo. Don Alonso Gutiérrez es el héroe viejo. De dilatada carrera como oficial de la marina de su Majestad, aunque no bien reconocida por su hoja de servicios, ya jubilado, sale de su casa para estar en el combate, llevándose a Marcial y Gabriel. Don José María Malespina, es un mentiroso de los de antes. Un gracioso mitómano de marca mayor, pero con aciertos en varias de sus utopías que serán realidad años después. El vocabulario y la fraseología es cuento aparte. “Los marinos como Marcial usaban un vocabulario formado por los más peregrinos terminachos, pues es costumbre en la gente de mar de todos los países desfigurar la lengua patria hasta convertirla en caricatura” Así no más. El desarrollo de la batalla es historia y está impecablemente presentada, de modo muy realista. Los errores desastrosos de Villeneuve y los aciertos estratégicos de Nelson y Collingwood, don Benito los describe alternando las menciones estratégicas de la batalla, con la lucha de los participantes en medio del caos y el horror del combate. Trafalgar, la batalla mítica, que arrancó del marco de sus contendientes hacia la historia universal. Por ello, lo más acertado es que la cuente don Benito, el gran novelista.

Gabriel de Araceli nace en una muy humilde familia. Su madre, viuda, trabaja duramente como costurera para alimentar a su hijo. Este juega, disfruta y aprende de la vida en la calle, ajeno a su desgracia, acompañado por la pillería de su misma ralea. En su casa vive su tío, un ser malvado que los maltrata sin piedad. Por si esto fuera poco, una nueva y gran desgracia azota a Gabriel, la muerte de su madre. El niño queda huérfano y en manos de su malvado tío. Un día, cansado de palos y humillaciones, decide que no lo soporta más y huye. Su vida pinta mal, se le augura un mal futuro, sin embargo, a veces, la suerte cambia y, esta, siempre parece acompañar a Gabriel, eso se ve claramente según se avanza en la lectura de esta historia. Gabriel frecuenta lugares poco recomendables y se deja acompañar por gente no muy conveniente. Un día, por miedo, se refugia en una casa señorial y conoce a los que serán sus protectores y cambiarán su vida; Don Alonso Gutiérrez de Cisniega, capitán de navío jubilado y, su esposa, doña Francisca, que lo tomarán como criado y lo cuidarán y trataran casi como a un hijo. Poco podíamos sospechar entonces que Gabriel iba a ser el narrador de la primera serie de los episodios nacionales que un día escribió Benito Pérez Galdós, padre y creador de este personaje que hará historia. Por las páginas de este libro deambulan personajes, unos de ficción y otros históricos, con los que viviremos, acompañados siempre por el valiente Gabrielillo, la trágica batalla del 21 según los Españoles o la mucho más conocida, de Trafalgar, en boca de los ingleses. Gabriel se embarca, junto con su amo y el gran amigo de este, Marcial; apodado medio hombre por haber perdido un brazo y una pierna en otras batallas, en el más grandioso navío de la armada Española, el Santísima Trinidad, solo como observadores y muy a pesar de doña Francisca, a la que, en todo momento, le parece una locura. A partir de ahí empieza lo bueno, Benito Pérez Galdós, con una impecable prosa, arcaica, eso sí; no hay que olvidar que la escribió en 1873, nos narra, con todo lujo de detalles, lo que sucedió en Trafalgar. Una lucha encarnizada, fatalmente llevada por el Francés Villaneuve, donde la armada Española perdió sus barcos y a muchos de sus mejores comandantes. A pesar de ser una tragedia en toda regla lo que ocurrió en Trafalgar, Galdós no deja de utilizar el humor en su obra, apoyándose en peculiares y ridículos personajes que dan una pincelada cómica a esta trágica parte de la historia de España. Gabriel continuará contándonos su vida y a la vez, la historia de España. Queda primera serie para rato. Yo, desde luego, no me los voy a perder. No tardaré.

Pérez Galdós inició con “Trafalgar” la serie de Episodios Nacionales. Serie que consta de cuarenta y seis novelas cortas sobre la Historia de España que transcurre durante casi todo el siglo XIX. Mezclando a personajes ficticios e históricos, Galdós inicia una serie para conocer ese siglo convulso en la Historia de España de una forma tan amena, que hasta el más zoquete a la hora de leer Historia acabará por apreciar este género. En este primer libro de la serie conoceremos a nuestro protagonista que nos acompañará (creo) en toda o casi toda la primera parte de la serie: Gabriel de Araceli, y que además nos lo va a narrar en primera persona cuando ya es un anciano, aunque siempre con la mirada de ese muchacho de catorce años que es cuando en 1805 suceden los hechos históricos de la Batalla de Trafalgar. Gabriel vivirá in situ esa gran batalla que acabó con la hegemonía y el declive de la Armada española acontecida el 21 de octubre desde el Santísima Trinidad, buque insignia de la Armada. Desde un buen principio, Gabriel se entusiasma al contemplar la flota y poder participar en dicha batalla, pero pronto se dará cuenta de las calamidades de la guerra y constatará lo que es sentirse aterrado al estar tan de cerca la muerte. Gabriel también tiene tiempo para hablarnos de su niñez y su primer desamor, así como de la ciudad de Cádiz o de Vejer de la Frontera y sus gentes humildes, pero también de los burgueses o gentes bien posicionadas, como Don Alonso y su familia, que cuando siendo él un huérfano y escapando de un tío maltratador, lo acogen cuando apenas tiene unos diez años. Aunque antes de leer la novela uno puede pensar que el autor saltará con tecnicismos empleados en navegación (siempre que leo novelas con esa temática me viene a la mente ”Moby Dick”, de Melville que me volvió un poco loco), Galdós lo hace todo sumamente entendible y se ahorra expresiones o palabras superfluas haciendo de la novela una lectura fácil, salvo y por obviedad que es una novela escrita en 1873 y donde encontraremos algunas pocas palabras ya en desuso. Solo le pongo un ”Pero” a la novela del bueno de Don Benito: no termino de creer que la derrota fuera todo culpa exclusivamente del almirante francés Villeneuve (la batalla era entre hispano-franceses contra ingleses), por hacer caso omiso de los consejos de oficiales españoles como el almirante Gravina. Patriotismo de Galdós? En fin, lectura muy, muy amena y altamente entretenida. Y que vicia a seguir leyendo a buen seguro la siguiente de la serie.

Con ella estrené mi recién regalado libro electrónico el 3 de septiembre del 2012. Una obra que me llenó de satisfacción mientras la leía. Logró el inicio de la lectura de todas las series que componen los Episodios Nacionales.

Mi librero, es uno de esos maniacos de la literatura que se niega a venderme libros de dan brown, ppr mucho que le insista que para mi son necesarios. Tu lo que tienes que hacer ya es leer a benito y los episodios nacionales. Toma llevate Trafalgar y si no te gusta me lo devuelves. Que manera de escribir!! La sutileza, ironia y realismo, pese a ser castellano del XIX, que no es que sea malo, pero con muchas palabras en desuso, hacen que esta novela histórica de ir por casa, sea una delicia. De ir por casa por personajes como doña paca, muy de la época, t sin duda la de reflexiones mas cuetdas. Y en medio un relato muy detallista de la batalla de trafalgar. Barcos, capitanes, estrategias, situacion política, no falta nada. Reconozco que he tenido que leer mas despacio de lo normal ( si no busco los barcos en internet, reviento.) Un libro corto que recomiendo. Pd. He pedido el segundo de la serie de benito, y origen de dan Brown, pues no soy cabezón!

Ha sido una lectura rápida y sencilla de leer. Me ha encantado su narración, con unas descripciones preciosas.Tiene sus momentos crudos y de alta intensidad , que son los que me recuerdan por qué no me gusta leer este género. Pero aún siendo una historia dura de leer ha sido una experiencia agradable, que he disfrutado (con el corazón en la garganta en muchos momentos...) y que me ha tenido enganchada. 🙂

El primero de los cuarenta y seis episodios nacionales de Galdós y uno de los más conocidos si no el que más. El protagonista Gabriel de Araceli narra en primera persona, con los ojos de un chico de catorce años, la derrota de las flotas española y francesa en la batalla de Trafalgar mediante una prosa y un estilo pulcros y envidiables. De rápida lectura e imprescindible; últimamente solo tengo halagos para este escritor.

Me encanta este relato. Ya lo había leído a los 20 años, y ahora también lo disfruté mucho. Bueno y breve, se agradece. Qué bien escribía Pérez Galdós!!