El principio de Todos muertos tiene aspecto de pesadilla sarcástica, una sensación que va en aumento conforme avanza la impactante lectura y un múltiple baile de máscaras se une a un rosario de crímenes. En Todos muertos nada es lo que parece, y así una vieja resultará ser un joven homosexual, tres presuntos policías ocultan a otros tantos delincuentes...
Va a menos me parece a mí, tardé mucho en meterme en la historia, vamos que me metí cuando acababa la historia y ni aún así me gustó la historia, un poco enrevesada, me parece que Ataúd y Sepulturero no dan para más. La historia es un robo con asesinato en los que parece no es la realidad, pero, repito, no me ha llegado ni llenado.