Todos los maestros de la vida espiritual consideran que “hacer oración” es el medio indispensable para crecer en la vida cristiana, para conocer y amar a Dios, y para responder a la llamada de santidad que Él dirige a cada uno. Hoy en día muchas personas tienen sed de vida espiritual, sed de Dios, y quieren hacer oración, pero no saben muy bien cómo empezar, o una vez iniciada la práctica de la oración, la abandonan en cuanto tienen dificultades. Pero la perseverancia en la oración, según el testimonio unánime de los Santos, es la puerta estrecha que nos abre el Reino de los Cielos y la fuente de la auténtica felicidad.