TIBERIO

-Madre…no quiero ir a trabajar. –Mira hijo, te voy a dar tres razones por las cuales debes ir ahora mismo. Primero, porque mucha gente te espera. Segundo, porque es tu deber. Y tercero, porque eres el Emperador… Este intercambio de palabras entre Tiberio, el Emperador de Roma y Livia, su madre, pudo haber ocurrido o estuvo muy cerca de aquello. Tiberio, gobernante de Roma, el hombre más poderoso del mundo en esos años, es un ser infeliz que odia el ejercicio del poder y sólo quiere retirarse a un lugar tranquilo, como cuando estuvo autoexiliado en Rodas, para dedicarse con tranquilidad al estudio de las matemáticas, la filosofía y a pensar sobre la vida y el significado de las cosas. No era lo suyo tomar decisiones, considerar informes, debatir asuntos de Estado y también de los otros, esos que provenían de las abundantes intrigas, maquinaciones y calumnias de quienes le rodeaban. Allan Massie describe con maestría aunque con cierta densidad, la vida de Tiberio, a partir de unas supuestas memorias del que fue el segundo emperador de Roma, entregadas a él por un enigmático personaje. Si se permite una lectura sosegada de este libro, se puede disfrutar de un cuadro de lo que era Roma en esa época, en que Augusto, luego de las guerras civiles ejercía largamente el poder en el Imperio y la República pasaba a ser decorativa, devorada por la concentración del poder en un solo hombre. Tiberio, adoptado por Augusto, a su muerte, le toca asumir un rol que no deseaba, pese a su buena hoja de servicios al Estado, tanto en el campo de batalla como en los asuntos civiles. El cúmulo de personajes y de parentescos no deja de ser un desafío. Menos mal que al inicio del libro hay una ayuda memoria que alivia las cosas. Aquí nos paseamos por el significado de la existencia, las circunstancias que pueden hacer que un hombre pase de víctima a victimario, la lealtad de los sentimientos, las traiciones de aquellos en que se confía, el cómo el sello y la imagen de un personaje público puede quedar en la historia por las acciones realizadas al final de una vida. El poder que llega a quién no lo ambiciona. El ejercicio de ese poder con sus luces y densas sombras en la antigua Roma. Los entresijos de la política en un muy bien desarrollado contexto histórico. El poder absoluto, generador de soledad absoluta. Todo ello es este Tiberio de Allan Massie.