THERESE RAQUIN

Los clásicos del siglo XIX a mí, me dejan impresionada. Me parecen brutales. Y no solo por sus temáticas, que desde luego no pasan desapercibidas, sino también por la intensidad de su narrativa. Con ellos abandonas tu cuerpo y te vas introduciendo en la piel de sus personajes. Me pasó con Victor Hugo, con Dostoievski y ahora, con Zola. Thérèse Raquin es la primera obra naturalista del autor y, desde luego, no tiene desperdicio. En ella trata las más bajas pasiones del ser humano, personalizadas en Thérèse y su amante Laurent. Una cegadora atracción física, acompañada de un desorbitado egoísmo, llevarán a la pareja a cometer acciones extremas que los conducirán a su autodestrucción. Yo dividiría el libro en tres partes, el comienzo, donde no presenta a los personajes, importante para comprender algunas actuaciones; la segunda, donde se realiza la acción y, la tercera y más dura, los remordimientos. Me ha recordado a Crimen y Castigo pero, la forma de canalizarlos es muy diferente. En Thérèse Raquín, el interior fluye hacia el exterior y domina las acciones que convierten la vida de los amantes en un infierno. Zola hace un análisis psicológico de los personajes, que avanzan hacia la crueldad. El amor se convierte en odio, los besos en insultos y palizas y la mutua compañía en recelos y desconfianza. Para salir del sufrimiento buscan estrategias que nunca funcionan, al contrario, las cosas empeoran. Y es que el remordimiento de los personajes no va de la mano del arrepentimiento, fluye de la desesperación por recuperar la tranquilidad perdida. Hacia este terrible sufrimiento arrastran a la señora Raquín, tía de Thérèse, una buena mujer a la que someten a una bestial tortura psicológica. Las conductas de los protagonistas son producto de un pasado, de un presente, de un deseo de futuro y de temperamentos. Así lo describe el propio Zola en el prólogo que introdujo en la segunda edición, intentando defenderse de las críticas que tuvo el libro, calificado de obsceno. "En Thérèse Raquin pretendí estudiar temperamentos y no caracteres. En eso consiste el libro en su totalidad. Escogí personajes sometidos por completo a la soberanía de los nervios y la sangre, privados de libre arbitrio, a quienes las fatalidades de la carne conducen a rastras a cada uno de los trances de su existencia" Resumiendo, el libro es una obra maestra. Sin embargo, la historia es tremendamente desagradable y en ocasiones se acerca al terror. Merecer, merece la pena, pero hay que saber lo que te vas a encontrar.

Zola nunca decepciona. Esta obra tiene todo el realismo que caracteriza al autor comprimido en 200 y pico de páginas. Tiene una lectura muy sencilla pero con un trasfondo muy profundo y psicologico. Me encantó la historia. Mucho enredo y engancha desde el principio. Estamos ante un matrimonio arreglado entre primos desde chicos, aburrido, totalmente frío y decepcionante para Therese, donde incluso trabajan juntos, hasta que un día esa monotonía se ve interrumpida por la llegada de Laurent, un conocido del marido. Allí empieza lo que promete ser una aventura desenfrenada a lo "El amante de Lady Chatterley" pero Zola pega el volantazo y te lleva a los lugares más truculentos y sorprendentes. (Aclaración: tenerle paciencia de la mitad en adelante porque se hace un poco lenta la trama, pero lo vale totalmente). Zola es una maravilla siempre 🎊💚

Esta novela es perversa. Perversamente naturalista. El autor parece solazarse en las descripciones, sobre todo las mas bajas y execrables Perversamente psicológica, los personajes corresponden con su origen, su entorno, ocultan y fingen, engañan y se arrepienten. Perversamente destructiva, retrato fiel de la naturaleza humana. Perversamente bien escrita. Co unos pocos personajes principales ( 4) Zolá desarrolla un perverso drama donde lo más dramático son las situaciones que empujan a los personajes al límite. Arrastran, lastiman, dañan se arrepienten, se justifican, se entregan a las pasiones mas bajas, la culpa la que termina predominando. Therese, destinada a no ser nadie, desde su oscuro nacimiento, es entregada a su tía, viuda y con un hijo enfermizo, Camille, se trasladan a uno de los mas deprimentes barrios de Paris, establecen una mercería, entablan unas pocas amistades, Camille y Therese se casan, su oscura vida se ilumina con ciertas reuniones semanales, donde Teresa conoce a Laurent. Se hacen amantes. Cometen un crimen, del cual solo el gato “Francois” se entera. Sin Camille de por medio, se casan, pero el deseo y la pasión, falsos remedos del amor dan paso a la culpa y el remordimiento, a la agresión, a la violencia, . Therese Raquin, a pesar de la crítica negativa en su época, es indudablemente una historia que atrapa, que se mete en el alma para inquietar, para causar desasosiego, lectura incómoda definitivamente. Pero algo tiene que le ha valido tantas representaciones tanto en pantalla , teatro. Ópera. Aquí no vale la comparación entre libro y representaciones, aquí solo cabe entender los más oscuros aspectos del ser humano, sus causas y consecuencias, tal como Zolá los concibió. Si eso es obsceno, la humanidad entera lo es.

Therèsé una joven casada con su primo enfermizo, desata su pasión con el amigo de éste laurent. Laurent es un joven interesadillo que combina el amor por thèrése con las aspiraciones de tener la vida de camille (el marido). Cuando se les hace imposible verse, por distintos motivos, laurent decide que hay que acabar con camille. Pero este hecho no les traerá la felicidad deseada a ninguno. Las comparaciones son odiosas pero tiene similitud con crimen y castigo así que si ese libro te gustó prueba este

Las descripciones de las emociones son tan potentes que la tensión que provoca el temor, la desesperación, la pasión o el sufrimiento que vive cada uno de los personajes deja  al lector sin sosiego hasta llegar al  final; espeluznante final, epilogo perfecto para tan tremenda historia Contada con un lenguaje preciso, sin artificios ni excesos, esta es una de esas novelas de obligada lectura  y, como toda la obra del gran  Zola, un verdadero lujo para el lector.