THE FIERY HEART (BLOODLINES #4)

Este libro en sí es de puro fangirleo, de personajes, de amoríos y de cierto personaje fastidioso indagando de más. Además, ¡por fin empieza a narrar Adrian! Mi personaje favorito por fin, por fin, tiene voz aquí, siendo un capítulo narrado por nuestra protagonista y otro por él. Pues sí, en «the fiery heart» nos encontramos más que todo en un libro puente y un poco más relajante que el anterior, siendo este la historia donde ahondamos en el personaje de Adrian, en su constante lucha en contra del espíritu y cómo cada vez se va adentrando un poco más en la locura, con sus subidas y bajadas de ánimo de manera tan drástica e intensa que empieza a tener episodios peores. A pesar de esto, también lo tenemos a él siendo muy feliz por algo que sucedió en el anterior libro, disfrutando de esos momentos robados al máximo (no puedo decir mucho para no spoilear). Tendrá una difícil decisión que tomar a lo largo del libro, y también, será muy útil para el descubrimiento de una vacuna muy importante para los moroi y dhampir, y él jugará un papel muy decisivo. Al igual que Sydney. Y por otro lado, tenemos a Sydney, todavía teniendo responsabilidades y muchas cosas por hacer, entre ellas ahora tiene que crear una poderosa tinta que podría revolucionar el mundo de algunos alquimistas rebeldes. También, trabaja junto con Adrian y otros Moroi y dhampir (aprobado por los alquimistas) a la creación de la vacuna anteriormente mencionada. Pero más que nada, como dije al inicio, es más que todo un libro sobre personajes, sobre avances y debates, de idas y venidas más que todo de forma emocional. Aunque también tenemos a un nuevo personaje, Zoe, la hermana menor de Sydney y recientemente tatuada, es decir, que apenas acaba de ser una completa alquimista, y ojalá fuese una buena noticia... Pero en realidad es de los personajes más fastidiosos, metidos y chismosos que hay, y desde el inicio me cayó pésimo, más que todo porque sabía que traería problemas. ¿Y el final? El final me destruyó y me desgarró, y todos mis temores (y los de Sydney) se hicieron realidad. Y no pude evitar el empezar el siguiente libro inmediatamente, porque necesitaba saber qué pasaba después de cómo quedaron las cosas. Pero en fin, me gusta que toda la saga tenga esa chispa de humor, pero no de manera exagerada, es como que todo está escrito en su momento: la tensión, los romances, la intriga, la desesperación y demás se sienten tangibles, y la manera en la que Richelle Mead lo representa es interesante. Definitivamente amo a la mayoría de los personajes que aparecen, todos son entrañables, fuertes y protectores entre ellos, y me encanta leer y leer sobre ellos.

Leyendo este libro y recordando a los personajes en los anteriores y la saga principal, ciertamente puedes notar la evolución que han tenido y como han cambiado sus ideologías y creencias Y ni hablar de ese final... En cierto modo me lo vi venir pero ciertamente me sorprendió muchísimo (más de lo que esperaba para mi satisfacción)

LEIDO 02/12/2013 Adoro esta serie, a Adrian lo AMO desde el primer momento y Sydney es uno de los personajes femeninos que mas me gustan, todo esto sumado a que me encanta como escribe Richelle Mead (aunque en este momento la estoy odiando)supongo que hacen que no sea muy objetiva en la crítica. Lo único que puedo decir es que este me parecio el mejor libro de la saga hasta ahora, el mas romantico, el mas frustrante, el mas todo..... ese final, why Richelle why????? Destesto tener que esperar tanto para saber que va a ser de Adrian y Sydney. Sufro por Adrian mucho mucho mucho!!!! Me encanto este cuarto libro, la manera en que Sydney madura, se fortalece y va hacia lo que quiere; la forma en que Adrian va creyendo en el, que puede, es divino; y sobre todo el amor que hay entre ellos dos, es hermoso, son hermosos juntos!!!! Quiero, no!!!, NECESITO, un final feliz para ellos!!!