TERRORISTA

A pesar de que Updike no es un autor especialmente fluido y a sabiendas que este argumento para un norteamericano da para andarse por las ramas (o precisamente por ello) comencé la lectura con muchas ganas. No tardo mucho en darme cuenta de que con la edad su prosa sigue siendo de altos vuelos pero sin embargo su afilada crítica involuciona a la de insulso cascarrabias. Y es que Updike se pone, no a la altura, sino por encima de su adolescente protagonista y por renegar, lo hace hasta del color de las moscas. A nadie sorprende a estas alturas la capacidad que tienen los estadounidenses de salirse de la historia y, con ese egolatra afán de intervencionismo, dejar su filosofía de mercadillo que el libro nunca necesita. Más paja que grano nos da una denominación de origen. U.S.A., con sus excepciones, claro. Ahmad es un aprendiz del Corán en una edad done las ideas y su religiosidad son completamente maleables. Su mentor es un imán fanático que con su "sabiduría" y dulces palabras llevan al islam al extremo del odio a todo aquello que se salga de su doctrina, y por supuesto, a entregar la vida por la causa. Frente a él, un judío descreido, actúa como orientador en el instituto del joven Ahmad. Sus intentos por llevar por el buen camino al adolescente tropiezan con la firme convicción del muchacho y la propia desidia del "gurú" educacional. Terrorista es una novela que pretende hacer una crítica a una sociedad que siempre hace aguas por el mismo sitio. La adolescencia, su educación y la forma en que esta se integra con el resto del ecosistema. El problema fundamental, es que el autor nos sale por bulerías con temas que no viene a cuento. Lento como una telenovela o un penalti en Oliver y Benji, Updike se pasa tres cuartas partes divagando para darnos eso sí, un final con algo de suspense. La obra es buena. Pero hay que tener agallas para soportar las continuas salidas del contexto que oportunamente ocurren cuando te has vuelto a meter en el relato. Aunque la pluma de Updike es de las que disfruto siempre, 400 páginas deben dar para una mayor trama e incluso profundidad si te centras únicamente en la idea primaria. De lo contrario te queda un tostón muy bien escrito made in U.S.A