Cuando un día que se prometía feliz, Norberto visita junto con su novia embarazada y su suegra la que va a ser su primera casa, situada en las afueras, ninguno sospecha que sus vidas cambiarán para siempre. En aquel lejano paraje los personajes de" Tendríamos que haber venido solos" se verán arrastrados por una espiral vertiginosa de acontecimientos, unas horas delirantes que pondrán de manifiesto sus más secretas pulsiones y sus más recónditos miedos.
Aprobado raspadito, no es una obra de arte, pero me ha llamado la atención más, el transfondo que te deja pensando después de terminarlo. Historia lo más sencilla del mundo, pareja que va a ver la casa que se han comprado en el quinto pino, con la suegra, y todo se complica esa noche, lluvia, accidente, instintos asesinos Y la segunda parte, como se las apañan para que no salga a la luz lo que pasó esa noche, con la ayuda de un vecino. Hasta ahí, poco más, lo que ameniza el libro, es, la manera de ver la vida de los protagonistas, los sentimientos más profundos, las relaciones difíciles y alguna que otra sorpresita en las decisiones finales. En fin, que de estos libros raros que me encuentro por ahí, y me arriesgo.....