TEMPORADA DE HURACANES

La habilidad que tiene esta autora para compilar toda los tabúes existentes sobre la tierra, es sublime. Creoq ue no se olvido ninguno (si no inventó más.sobre la marcha) Creo que si intentamos imaginar el lenguaje más brutal, más escatológico e incómodo sin leer esta novela, no nos acercamos ni a una pequeña parte de ella. Es realmente crudo, pero viaja directo a mi catálogo de novelas donde la oscuridad de la trama, la perturbación de los personajes y el lenguaje brutal se combinan de una manera que hacen una obra inolvidable. Y sigo y seguiré defendiendo la creatividad, la originalidad del escritor y la capacidad de movilizar por sobre todo (así la movilización sea la sensación de rechazo y la repugnacia constante) Abortos, orgías, violaciones, drogas, alcohol,  sangre, violencia, incesto, pedofilia, sexo,  más sexo,  masturbación, felación, todo en primer plano con detalle y descripción. ¿Es mucho? sí. ¿Demasiado? También. Creo que vale la pena por la calidad de la autora para transmitir con la voz directa del pueblo, de como quiere transmitir lo que piensa esa cultura que describe, como transmite sus creencias, su ignoracia y brutalidad, como se crían, como crecen y por qué todos hacen lo que hacen, piensan como piensan y terminan como terminan. Es incómodo todo lo que dice y cómo lo dice ya que colabora a la "huracanada" la falta de puntos, saltos de párrafos o capítulos, todo de corrido, sin espacios ni anestesia. No es un relato fácil ni apto para todos. No es una lectura tibia. Pero justamente por eso, por incomodarme y no por eso dejarlo, por movilizar y generar todo lo que genera merece mis respetos y aplausos.🙌

😳 Temporada de huracanes es incómodo, es el morbo que te hace seguir leyendo, es asco, náuseas y repulsión, es tristeza, es enojarte desde las entrañas y querer gritar por lo injusto, es decadencia y degenere, es folclore. Todos los países tienen cola que le pisen, una versión de ellos mismos que no le muestran al mundo y Fernanda Melchor, saca los trapitos sucios de México al sol. Y lo hizo espectacular. Sin romantizar la pobreza, ni la maternidad humilde, sumisa y abnegada, ni el pueblo trabajador víctima de su gobierno corrupto. No. Aquí están las víctimas de la pobreza, si, y la ignorancia, de los que sólo están pendientes de su propio placer, de los que actúan como animales, inútiles, parias, que sólo hacen daño a los demás y así mismos, que no aspiran a nada, tal vez por que no saben que pueden hacerlo. Y la diferencia gigante entre nacer como mujer en condiciones similares o cómo... es que ni siquiera se les puede llamar hombres a sus personajes. Lo mejor es la forma en la que está escrito, coral, con puras groserías y coloquial, sin descanso, ni siquiera una división entre párrafos, como si alguien nos estuviera contando un gran chisme y temiera olvidarlo todo si se detiene para respirar.

Llevaba mucho tiempo queriendo leer a Fernanda Melchor pero la experiencia no ha sido como esperaba. Ha sido una lectura dura, perturbadora, ha arrasado con todo, como un huracán ha pasado por mi cabeza rompiendo esquemas, me ha dejado exhausta y no logro saber si la he disfrutado o la he sufrido. Se trata de la historia de un pueblo mexicano, La Matosa, pero que podría ser de cualquier pueblo. Una historia coral contada por sus gentes. La historia de supervivencia y pobreza que lleva a sus habitantes a mal vivir en una espiral de violencia, mucha violencia, sexo, droga, prostitución, abusos, asesinatos, y tristeza, desesperación, abandono, podredumbre y desgracia. Una forma de vida en la que se entra y ya no se puede salir, donde no queda esperanza para un futuro mejor, donde no queda lugar para el amor, donde, como en el ojo del huracán, el único final es la destrucción total. En ella se nos narra el hallazgo del cadáver de la Bruja a orillas del río y cómo todos los implicados nos van contando su versión de los hechos. La Bruja es un personaje con mucha fuerza, enigmático y perturbador que da a la narración mucha oscuridad, un personaje difícil de olvidar. La crueldad y dureza de los hechos cobra fuerza con la cita de Jorge Ibargüengoitia al inicio del libro: “Algunos de los acontecimientos que aquí se narran son reales. Todos los personajes son imaginarios”, porque es verdad que todo lo contado sabemos que sucede de verdad y a la vez nos preguntamos ¿como es posible? Pero lo genuino de esta historia no es lo narrado sino la forma como la autora nos lo cuenta. Su estilo directo, con una escritura sin usar apenas puntos, sin párrafos, que obliga a leer sin pausa, sin tregua, con un ritmo vertiginoso, a la velocidad de ese huracán que está llevándose todo por delante, arrasando con las vidas de un pueblo que agoniza. El lenguaje lleno de modismos mexicanos nos acerca a sus personajes y suena muy real. No podría ser contado de otra forma porque son ellos los que nos hablan y es así como se expresan. Entonces, ¿por qué no he disfrutado de esta genialidad que Fernanda Melchor ha hecho? Llevo días analizándolo. Los hechos tan desagradables que nos son descritos al detalle y que en muchos momentos producen asco, rechazo, repugnancia, horror, no han sido los causantes de ello. Porque, cuando un libro me remueve, sea de la forma que sea, me gusta. Aunque los sentimientos que me genere no sean agradables. El estilo atropellado, sin pausa para respirar, angustiante y turbulento tampoco ha sido el culpable. Esta forma de narrar este libro es totalmente coherente con lo que se cuenta y ayuda a sentir con más fuerza todo lo descrito en él. Entonces, si todo esto es perfecto ¿qué ha fallado? Pues creo que ha sido el lenguaje utilizado, también necesario, pero para mi gusto abusivo en la cantidad de modismos de la jerga mexicana, a un nivel tan elevado de palabras para mí incomprensibles al principio, que me han dificultado la lectura, teniendo que estar muy atenta a lo que estaba leyendo para no perderme y me han dificultado ese dejarme llevar que pretendía la autora. Además que la repetición continúa de pinche chamaco hijo de la chingada, hijo de la verga, pedo, pendejo, culero, a cada frase, me ha cansado mucho y me ha resultado excesivamente desagradable. Como experiencia lectora ha sido muy enriquecedora y os animo a leerlo sobretodo a los que os vayan las emociones fuertes. Pero creo que con una vez he tenido suficiente y no creo que siga leyendo a la autora, aunque reconozco su maestría para conseguir su objetivo, tener al lector al borde de la asfixia, el asco y con el corazón en un puño de principio a fin.

Sinceramente, no es lo que esperaba, es muy recomendable para todas las personas que busquen algo diferente y oscuro, añadiría incluso que tiene una trama enferma, pero no es para todo el mundo, sobre todo por la estructura. Narra el asesinato de " la bruja" en una zona rural de Mexico, durante toda la narración se siente la miseria, desolación y la falta de educación en las voces de los protagonistas. Está escrito de una manera muy peculiar, con mucho vocabulario coloquial mexicano y sin puntos ni párrafos, todo de seguido, lo que te obliga a leer con atención para no perderte. A mitad de novela hay un giro interesante y a partir de ahí llegan algunas escenas grotescas, aunque contadas con una naturalidad abrumadora. Es de esos libros que no sé cómo puntuar.

“Temporada de huracanes” es el libro más fuera de lo común que he leído en mucho tiempo, ya sea por la manera tan peculiar por la que está narrado, sin una división en párrafos y con el empleo de escasos puntos, abusando en ocasiones de la polisíndeton, o por la particularidad de la historia en sí, la dureza que encarna, su profundidad y el lenguaje mexicano coloquial y vulgar que se utiliza para contarla. En la novela encontraremos un retrato exhaustivo del pueblo mexicano La Matosa y de sus gentes, a raíz de la principal vertiente de la trama: un asesinato. El asesinato de la Bruja es el principal hilo conductor que emplea Fernanda Melchor para introducirnos en un escenario de inmundicia y plasmar la índole de las personas rodeadas por esa suciedad. Conoceremos las perspectivas de quienes están involucrados en el crimen siguiendo la estructura de narración de capítulos largos en los que se explica la situación de cada personaje. Así, hallaremos el trasfondo del asesinato, el móvil del mismo y se reflejará cómo es La Matosa. Es un libro en el que se hace especial énfasis en las costumbres y creencias arraigadas de un pueblo conducido por la visceralidad, las distintas caras de la moralidad y la dicotomía entre el bien y el mal. Objetivamente es un libro muy bueno, con mucho peso literario, que es muy probable que vaya a pasar a los anales de la literatura mexicana y latinoamericana. La originalidad de la narración, la pulcritud de la pluma de Fernanda Melchor y los múltiples mensajes que la autora es capaz de transmitir lo hacen un libro muy ambicioso. Sin embargo, he de ponerle varios peros, que antitéticamente van de la mano con su mayor virtud: su ambición. La autora abarca a muchísimo en este libro, y aunque ni mucho menos la jugada le sale mal, a mí a ratos me ha costado seguirla. Quizá haya sido el lenguaje mexicano coloquial, bastante vulgar -que admito que le aporta realismo y más profundidad a la historia, pero que me ha resultado extenuante-, el que no haya habido separaciones muy marcadas -hecho que también tiene su propósito y que repito: está muy bien llevado a cabo-, o la dureza de los temas que se tratan, pero sea como sea, no me ha resultado una lectura sencilla. Estos mismos temas son propios de la depravación y es susceptible que dañen la sensibilidad de algunos lectores, por lo tanto no me atrevería a recomendarlo a todo el mundo, pero si os ha interesado lo que he redactado, os animo a que le deis una oportunidad y asistáis en primera persona al asesinato de la Bruja. 06/06/2022

Temporada de huracanes de Fernanda Melchor. Este libro me lo recomendaron, aunque la portada no me llamó mucho la atención, la sinopsis tampoco, decidí creer en el criterio de esta persona y pues… inicie su lectura. La historia inicia cuando unos niños encuentran en un canal de riego el cuerpo de una mujer que en vida siempre la conocieron como La Bruja, aquí lo interesante no es el asesinato de ella, sino como a través de su muerte vamos conociendo a otros personajes que están relacionados a este misterioso personaje; es una mujer muy fea, repugnante, peligroso, misteriosa, viste de negro, sus uñas pintadas de negro, su vivienda es una choza llena de cosas extrañas, vive aislada del pueblo, es una mujer que fascina e intimida a los habitantes de este lugar, las mujeres del pueblo acuden a ella para que les prepare brebajes para enamorar a los hombres o para abortar. Toda la historia se desarrolla en Veracruz en un lugar rural, sumido en vicio, delincuencia, brujería, miseria, crimen, violencia, corrupción, abuso, creencias, narcotráfico. Para mi lo mejor de la novela es el estilo y la estructura, En cuanto al estilo, los capítulos no tienen párrafos. Tiene un tono desbocado que convierte la narración en borrascosa y huracanada. Su estructura no es lineal, no es cronológica, en cada capítulo el lector entra a la mente de los personajes donde van relacionando su presente con su pasado, aplicando en todo momento el filtro de subjetividad del personaje en cuestión, sus pensamientos más íntimos, más intuitivos, incorpora la jerga mexicana, todo va muy rápido. Dando como resultado una narración tempestuosa, es como si faltara el aire todo va muy rápido no se puede parar de leer, es de una gran intensidad narrativa, es increíble casi desgarradora, te va trasladando a la vida de cada uno de los personajes, donde no sabes cual está más roto y la narración va avanzando a un ritmo vertiginoso y pasional, mostrando un erotismo oscuro, donde la violencia y el vicio están en el ADN de esta novela. La esencia de Temporada de huracanes es oscura y desgarradora, en la medida que se avanza se acerca a la figura de la bruja que es con quien se empieza. Se puede oler la suciedad, la mugre, la peste, a fruta podrida, a sangre, a semen, es una novela intensamente nauseabunda, pero incluso en este inmenso huracán hediondo pueden nacer sentimientos nobles, personajes que intentan agarrarse a algo antes que los vientos los arrastren, en el ineludible remolino de miseria, vicio, drogas, violencia y este, es el gran éxito de Fernanda Melchor. La intensidad de esta novela se deja vivir como si se estuviera en el ojo de un huracán. El pulso de esta novela es muy fuerte.

"Temporada de Huracanes" es una novela perturbadora y a la vez conmovedora, muy intensa y cruda. La narrativa es magistral, totalmente absorbente. Escrita con un lenguage soez, escasos diálogos, sin puntuaciones ni pausas que permitan respirar al lector para asimilar los hechos. Es una denuncia social que retrata a la sociedad mexicana con gran nitidez, un grito desgarrador sobre las miserias de la sociedad que viven La Bruja, la Lagarta, Munra, Norma, Luismi, el Brando y otros personajes bien desarrollados. Diversos temas giran en torno de la historia: la prostitución, las drogas, las clases sociales, el abuso de poder, la pederastia, la corrupción, la violencia y otros. Una novela que me ha parecido excepcional. Si eres sensible, pasa de largo, no es para ti.

Si algo caracteriza a los huracanes, es que son destructivos. Son vientos impetuosos e imparables que giran en forma de torbellinos en grandes círculos en torno a un eje. Son peligrosos, pues pueden dejar caos y destrucción a su paso. ¿Qué nos pasaría si nos adentráramos deliberadamente en uno de ellos? Pues que nos tragaría y nos arrastraría con toda su furia hacia donde se le antoje. No podríamos zafarnos de él, aunque quisiéramos. El libro que tenemos entre manos es eso, un huracán. Una historia central, eje del mismo, y a su alrededor, girando inexorablemente, están las historias que lo componen y le dan forma, crudas, crueles, implacables, y una vez que nos adentramos en su lectura, no podemos parar, pues la forma en que está narrada no nos lo va a permitir. Nos encontramos con un texto que, si bien está dividido en capítulos, los mismos no contienen ni un solo punto y aparte, todo está escrito para leerlo sin parar, hasta dejarnos sin aliento. Ni siquiera encontramos los diálogos como normalmente los solemos encontrar en los libros, sino que, si alguien dice algo, la escritora nos lo cuenta de seguido, saltando de una acción a otra casi sin que nos demos cuenta. Esta forma de narrar junto con la dureza de los acontecimientos y el lenguaje crudo y magistral al mismo tiempo, favorecerá que no perdamos el ritmo en ningún momento. Eso sí, será una lectura incómoda, por decirlo suavemente. La muerte, la soledad, la miseria, la ignorancia, el vicio y las drogas, la violencia, el machismo, la homosexualidad, la vulgaridad, los abusos de autoridad, el sincretismo, el misticismo, la brujería, las mujeres abocadas a la maternidad temprana, la venganza, el desamparo de los niños, y un largo etcétera que no sería capaz de precisar aunque quisiera, están presentes en la novela, y sumergirnos en esta atmósfera hará que quedemos atrapados. Este folclore y el uso de mexicanismos en esta narración tan fuera de lo común me provocaba cierta ansiedad, deseaba que acabara el capítulo, y entonces leía más deprisa, susurrando y casi sin aliento. En definitiva, una novela perturbadora que a ratos me ha abrumado, me ha hecho sentir un torbellino de sensaciones, que me ha encantado. Más obras como esta, por favor.