Me está costando escribir algo sobre este libro que, en ocasiones, me ha enganchado y también me ha hastiado. Lo definiría como 'La cruda realidad de Cuba" con todo el sentido que tiene la palabra cruda, también en el estilo y los diálogos. He tenido que acudir muchas veces al diccionario para entender expresiones, vocabulario, personajes célebres, programas de televisión, etc., que la autora refiere constantemente. Después de cerrarlo, con el final tan inesperado, entiendes la locura de la protagonista, obcecada y obsesionada, que llega a extraerse todos los dientes en la interminable espera de su amado, que huye del país por ser contrario al régimen, y cuyos amigos íntimos que parecen hablar con ella son un matrimonio formado por un ratón y una cucaracha, tal cual. Me ha gustado la escena del discurso de Castro con su élite de seguidores, en un evento pleno de comida, mientras el pueblo agoniza de hambruna, donde menciona que: nosotros, los cubanos, lucharemos..y la protagonista se pregunta ¿Nosotros, quiénes? Y, después, se desmaya de hambre. La llevan a un "hospital" donde pretenden darle electroshock, es lo único que tienen, no hay ni azúcar para reponer la hipoglucemia. Libro que recomendaría a determinadas personas que quieran entender la realidad de las mujeres cubanas que vivieron la transición al socialismo más feroz, que conocieron el antes y el después. Spoiler: Cuquita, la protagonista, se enamora de Uan en un beso que dura 4 canciones. Es la época pre-revolucion, cuando los cubanos tenían posibilidades de vida. Pero llega XXL (F. Castro) y la isla se transforma en un infierno de necesidades que no podemos imaginar. Llegan a premiar a una mujer por inventar recetas de cocina con esponjas de fregar. Mueren incontables (y siguen haciéndolo) en derrumbes de edificios porque no tienen materiales ni medios para repararlos y se hacinan como pueden. Fabrican enseres, muebles, cosméticos con ingenio y restos de todo lo que encuentran. Lo peor, los diálogos que la escritora mantiene con su otro yo, en los que discute consigo misma para decidir el final del libro, donde la hija de la protagonista muere en un derrumbe y decide resucitarla para encontrarse con su madre embarazada en un viaje en el tiempo, cerrando el círculo de ambos personajes.
Él regresaría, como siempre, desbordante de dinero, de orgullo y de amor. Y se sentó en el sillón. A esperar.