Detrás de un artificio de un yo, autobiográfico que adapta continuamente el propio registro con la variación de la edad, de los recuerdos, de las cadencias de la memoria, Nadia Fusini revela en su primera novela unas excepcionales dotes de narradora. Su familiaridad con la mejor literatura de este siglo se trasluce en un lenguaje destilado de una conseguida simplicidad.