Por primera vez en traducción directa del polaco, Solaris, la mítica novela que consagró a Stanisław Lem como autor de culto. Un texto hoy en día considerado un clásico sin paliativos de la literatura moderna. Kris Kelvin acaba de llegar a Solaris. Su misión es esclarecer los problemas de conducta de los tres tripulantes de la única estación de observación situada en el planeta. Solaris es un lugar peculiar: no existe la tierra firme, únicamente un extenso océano dotado de vida y presumiblemente, de inteligencia. Mientras tanto, se encuentra con la aparición de personas que no deberían estar allí. Tal es el caso de su mujer —quien se había suicidado años antes—, y que parece no recordar nada de lo sucedido. Stanisław Lem nos presenta una novela claustrofóbica, en la que hace un profundo estudio de la psicología humana y las relaciones afectivas a través de un planeta que enfrenta a los habitantes de la estación a sus miedos más íntimos.
Este libro de ciencia ficción me llevó a límites insospechados para poder disfrutarlo plenamente. Y no solo eso. También tuve que releer y sobre todo comentar. 😅 En Solaris todo es un misterio: Desde la llegada del protagonista a la estación espacial, los extraños fenómenos que ocurren en ella y los eventos observados en este planeta. El autor te sumerge en un ambiente claustrofóbico, perturbador y solitario. Sientes miedo y sobre todo incertidumbre de lo que sucede. El relato atrapa, pero también confunde. Por momentos se llena de descripciones, complejas y detalladas, en las cuales perdía más tiempo tratando de entender lo que me contaba que disfrutando del momento y la historia. 🤔 Pero una vez que logré seguir esas descripciones (sobre todo las que involucraban al planeta), el mundo de Solaris se abrió ante mis ojos. 😃 Disfrute de su belleza y su originalidad. Me sumergí en una historia que involucran conceptos profundos y actitudes de la raza humana que me hicieron reflexionar. Logré apreciar al libro de una forma distinta, donde su valor no solo está en los eventos sino también en sus mensajes. 👍 Eso sí, reconozco que este viaje fue más complejo de lo que esperaba. El autor no hace que el camino sea “fácil” de recorrer. Pero al final disfruté de la historia y de este planeta que es único en su clase y vale la pena conocer. 🌊🚀 PD. Lectura conjunta con Marenpergamino (muchas gracias por tus comentarios) y BeaLibra30 (gracias por aceptar releer este libro con nosotros). 21.12.23
Solaris es una concepción diferente respecto a la ciencia ficción de su época. Un denodado esfuerzo por desbaratar la antropomorfización, el antropocentrismo, no solo de la literatura, incluso de la ciencia. En esta historia, cuyo protagonista Kris Kelvin psicólogo espacial se traslada a un planeta de construcción y características absolutamente diferentes a la tierra. Y que en los años que lleva estudiándose ha demostrado poseer algún tipo de vitalidad e inteligencia, imposible de desentrañar hasta ese momento. La interacción o debería decir la acción del ser humano en el planeta consigue una tibia respuesta de parte del mismo, pero de capital importancia para los científicos,aunque al no ser la esperada, al no corresponder a formas similares a las humanas ha ido abandonándose, por ello la estación que se encarga de su estudio, ha quedado casi abandonada, tres científicos, de los cuales uno se suicida, y Kelvin como un elemento que introduce una nueva forma de abordar el intento de contacto con el planeta, vivo como entidad pero imposible de establecer los parámetros vitales del mismo. Sin embargo el planeta al parecer si establece contacto, pero lo hace de manera indiferente, no preestablecida, no conspira, no alterna, solo sigue su propio ritmo y secuencia, mismas que impactan de manera espectacular en la mente de los científicos, que pierden los papeles al intentar conseguir una respuesta, al menos una señal que sea interpretada como interacción. Química, física fisiología, son desalentadoramente incapaces de ser comprendidas, no así lo correspondiente a un símil a la psique humana y los sentimiento. Donde parece hurgar y jugar con ellos. Disgrecion que abarca muchas páginas, al profundizar en los sentimientos de Kelvin por un “ visitante” proveído por el viviente mar de Solaris , “ Harey,, con quien pretende finge y cree un amor a lo Romeo y Julieta bien clarificados y de sus compañeros , que nunca son mostrados, de tal suerte que interfiere con sus sentimientos, sensaciones aportándoles esa tan necesaria condición de humanidad que puede solidificar sus principios o desbaratar su cordura. Innovador concepto que pretende que el desfase entre la inteligencia humana y otras inteligencias son absolutamente incompatibles pues cada una sigue sus propios derroteros, sin necesidad ni interés de estas en establecer contacto, Pero que flaquea ( según mi punto de vista ) al determinar particular importancia a sentimientos que no tendrían cabida en formas tan diferentes. Desde submicroscopicas como los virus hasta gigantescas de las cuales los planetas podrían ser solo una ínfima parte del conjunto. Un eterno pendiente . Una mirada que ensancha mi visión y una forma diferente de abordar el tan ansiado y temido “ contacto “ que hace soñar a tantos humanos, legos y científicos. Lem expulsado de la SFWA. ( escritores de ciencia ficción) Por decir una verdad incongruente con la de la asociación. ...fariseos . Por cierto, las versiones filmográficas; visualmente atractivas, restan mucho de la esencia a la historia, y todas optan por su propio final, tan distante del original como LaTierra de Solaris
Llegamos al planeta "Solaris". Lo que en principio parecía un trabajo rutinario en la base humana, se complica desde el primer momento. Uno de sus ocupantes está muerto, otro parece aterrado, paranoico y dice cosas sin sentido. Después ve algo... El verdadero protagonista es el planeta. Solaris está cubierto por una mar extraño, denso, cambiante, impetuoso y creativo. Es un mar vivo y aparentemente consciente, el único habitante del lugar, tal vez sea el lugar en si mismo. Está presente en todo momento, observador, creador, Dios y Demonio. El autor nos relata todas las erróneas o acertadas teorías sobre su naturaleza, evolución, consciencia... y descubrimos cómo nuestra mente limitada nos define, nos encadena y nos hace incapaces de entender lo que es ajeno a nuestra naturaleza. Es un libro por momentos científico, paranoico, romántico, filosófico, claustrofóbico e incluso religioso... Qué haríamos si nos dieran una segunda oportunidad para sanar nuestra heridas, superar nuestras perdidas, traumas, las cargas de nuestra conciencia? Qué nos hace Humanos? La sangre, las células, el cerebro? O acaso es el amor, el dolor, la esperanza, los vínculos que creamos? Las descripciones sobre Solaris me parecen fascinantes, igual que la incapacidad humana para reconocer su existencia, su forma de vida o inteligencia... La primera vez que leí este libro me pareció asombroso, con un toque poético. Me dediqué a imaginar ese mar viviente, incluso llegué a soñar con él. La recreacion de Solaris es tan asombrosa que parece existir. Quería volver a leerlo, pero temía que me decepcionase. Ya se sabe: no se puede cruzar dos veces el mismo río pues él y nosotros hemos cambiado. Es muy difícil escribir su reseña puesto que tiene algo inalcanzable, inaprensible... hice lo que pude. Me ha llegado al corazón de forma tan intensa como la primera vez. Es de esas lecturas que permanecen grabadas en tu memoria y te acompañan con el transcurrir de los años. He sido un habitante de Solaris, he cruzado el espacio para alcanzar un destino de sueños y pesadillas. Al acabarlo he recordado una escena famosa de "Blade runner" donde Rutger Hauer moribundo decía: "He visto cosas que vosotros nunca creeriais" " Todas esas cosas se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia". Solaris nunca se perderá mientras alguien lo lea o lo recuerde.
Pude adentrarme en un lugar que me es totalmente extraño, no hablo del planeta Solaris sino de la ciencia ficción, de este tipo de libros. No me sentí indiferente, tampoco me sentí totalmente seducido. Es escritor es tremendo autor y eso facilitó que fuera adquiriendo confianza, que pudiera ir dando los primeros pasos dentro de este mundo literario. Cómo se puede sentir una persona que llega a otro planeta? A pesar del entrenamiento que debió sobrepasar para viajar, Cómo se sucede esa adaptación a algo totalmente extraño? Solaris es un planeta que, además, está rodeado por dos soles, donde no se encuentra vida alguno, o, al menos, eso es lo que parecía cuando por primera vez llegó la vida humana. Es un planeta que en su mayoría se encuentra compuesto por un más viscoso, un mar que tiene unas características muy particulares y que hace parte central de la historia. El viajero, Kelvin, un hombre que, en cumplimiento de su deber, tiene la obligación de viajar para investigar sobre el planeta, porque, a pesar de las múltiples teorías que se han tejido sobre él y sobre su forma de vida, no hay nada concreto, sólo puntos de vista que difieren unas de otras. Dos viajeros más, dos personas que pueden ser calificadas como particulares, diferentes, pero, cómo podrían no ser diferentes si llevan mucho tiempo en ese planeta, solos. Otros seres, que van y vuelven; que tienen capacidades de adaptación inimaginables, de saber qué es lo que quiere un humano para dárselo, Será un regalo de Dios o un medio para conseguir un castigo por molestar en esas inmediaciones? Una mujer, un antiguo amor que renace tan alejado de la realidad, que otorga tranquilidad para pasar los días, pero que no parece normal. Las costumbres, las cosas simples de la vida que nos hacen humanos, cómo pueden ser vislumbradas desde esta óptica. Lo imposible, pero de qué se trata lo imposible. Hasta dónde puede llegar lo imposible si nuestra mente nos dice otra cosa. Si el corazón muestra cuál es el camino. Un final, espero que les guste…
Empezó muy bien, parecía tener una trama interesante, y de repente el autor me bombardeó con teorías de autores ficticios solo para intentar formular su crítica de la humanidad y su aparente búsqueda de la verdad a través de la ciencia, dejando completamente a un lado lo que pudo haber sido un thriller psicológico excelente.
Alucinante. No soy aficionada a la ciencia ficción y el comienzo se me hizo difícil, pero tras el segundo capítulo me absorbió de tal forma... . Nada que ver con la película,. Una muy bien escrita historia sobre el ser humano y lo que lo convierte en tal.
Cuando se hojea alguna novela o cuento de ciencia ficción, es posible, pese a la diversidad de tramas y argumentos, encontrar alguna característica común en ellos, afinidad no solamente formal en cuanto al género literario, sino mejor, parentesco cercano desde el punto de vista filosófico. Existen narraciones de esta clase construidas sobre el postulado optimista de que el hombre domina la naturaleza a través del conocimiento para interpretarla y hacerla suya, y es por lo tanto capaz de comunicarse con otros seres inteligentes. También el cine de Hollywood y la televisión han explotado hasta el cansancio esa feliz e inverosímil posibilidad. Stanisław Lem, escritor polaco, publicó Solaris en 1961, novela de ciencia ficción, que tiene una base argumental distinta, al plantear este problema: ¿Qué sucedería si la humanidad encuentra vida inteligente fuera de la tierra, pero tan compleja y superior, tan extraña a nosotros que simplemente cualquier intento de comunicación con ella deviene ineficaz? Solaris es un planeta que orbita entorno a un sistema estelar binario en las profundidades de la galaxia, la humanidad lleva varios siglos explorándolo, con especial atención en los fenómenos físicos que ocurren tanto en la órbita como en la superficie, cubierta por el Océano; esa exploración apoyada en la ciencia conjetural denominada Solarística, ha revelado que el Océano de este mundo es un ser vivo gigantesco y además dotado de inteligencia. La Solarística es la ciencia que tiene por objeto el estudio del planeta y todo lo que con él se relaciona, los científicos de la Tierra han analizado la información recaudada por sendas misiones de investigación y han tratado sin éxito de comunicarse con este ser planetario que, entre otras cosas, puede modificar el espacio – tiempo para regular su órbita y tiene la habilidad de crear y destruir, aparentemente a voluntad, extrañas formaciones sólidas en la superficie oceánica, cuyo origen, función y significado se ignoran. Para desarrollar el programa de exploración, Solaris es sobrevolado por una estación tripulada, aquí es donde ocurren los hechos de la novela, en un ambiente cerrado, casi claustrofóbico para los personajes: Kris Kelvin, psicólogo que llega para investigar los presuntos desórdenes de conducta que vienen padeciendo los otros cosmonautas: Gibarian, Snaut y Sartorius. Los tripulantes y Kelvin en especial, irán descubriendo poco a poco que hay algo extraño en la estación, que Solaris ha encontrado una forma quizá terrible de comunicarse con ellos, aunque jamás sepan qué les quiere decir, como si tratara de consolarlos de su soledad o les jugara bromas macabras manipulando y materializando sus recuerdos dolorosos e íntimos, representados por los misteriosos seres a los que denominan Visitantes o Criaturas F. Aquí se nota el buen oficio del autor al construir ambientes llenos de rareza y opresión que hacen funcionar la novela, por momentos, como auténtica obra de horror cósmico. La experiencia de los cosmonautas nos demostrará desde la ficción, que el contacto o comunicación del ser humano con una civilización no antropomorfa ni humanoide es imposible y que la Solarística viene a ser un sucedáneo de la religión por estar colmada de hipótesis sin demostración y dogmas como la búsqueda de la redención, que para nuestra muy limitada especie frente a un ser tan maravilloso y ajeno como Solaris la única actitud posible es la que hemos adoptado con nuestro propio mundo y sus no menos maravillosas criaturas: el utilitarismo, aprovechar sus beneficios concretos, aunque no entendamos o no alcancemos a prever las consecuencias de tal explotación. Es importante resaltar el hallazgo de una novela de ciencia ficción que deja en evidencia el gran fallo del género, que tal como ha dicho Jesús Palacios, prologuista de esta edición, “Consiste en la incapacidad de la ciencia ficción en general y de aquella que trata sobre la vida alienígena en particular, para concebir una forma de inteligencia que no tenga absolutamente nada que ver con la nuestra, y, por tanto, la imposición de características humanas a sus creaciones supuestamente inhumanas, incluso cuando lo que se pretende es describir su completa otredad, su divergencia absoluta respecto al ser humano, que las identifica como los Otros o lo Otro por excelencia. Cómo, engañosamente, inventamos sucedáneos de lo alienígena, de ese Otro ajeno, para disimular, sin que podamos evitar esculpir y rellenar su Vacío – incluso en negativo – con nuestras propias concepciones humanas de la realidad (nuestra humana percepción de lo real)”. Según el volumen de Impedimenta utilizado para la reseña, “Stanisław Lem fue miembro Honorario de la SFWA – Asociación Americana de Escritores de Ciencia Ficción, de la que sería expulsado en 1976 tras declarar que la Ciencia Ficción estadounidense era de baja calidad”. Al editor se le olvidó reconocer que sin lugar a dudas Lem tenía toda la razón.
Un excelente libro de ciencia ficción cruda, este nos lleva a la vida del astronauta, psicólogo y sobre todo solarista Kris Kelvin. Quien aparentemente se dirige al planeta solaris solamente a revisar el estado mental de los tripulantes. Sin embargo se encuentra con una base de operaciones derruida y abandonada, con tripulantes asustadizos y esquivos, que solo le mencionan una cosa "si ves a alguien que no debe ir sesgar aquí, ten cuidado". Esta extraña misiva es la que nos adentra a solaris y los secretos de su único habitante. Cómo dije, un gran libro. Una narración muy interesante, sin embargo algo pesada por partes. Me fue muy difícil meterme en la trama y seguir protagonista, además de que. Como muchas obras del pasado, los protagonistas son algo planos y sin profundidad.
-¿De dónde sacaste esa idea de un dios imperfecto? -No se. Me parece muy verosímil. Es el único dios en el que yo podría creer, un dios cuya pasión no es una redención, un dios que no salva nada, que no sirve para nada: un dios que simplemente es.
“El ser humano ha emprendido el viaje en busca de otros mundos, otras civilizaciones, sin haber conocido a fondo sus propios escondrijos, sus callejones sin salida, sus pozos, o sus oscuras puertas atrancadas”.
No imaginamos que pueda haber algo muy distinto, y con esta idea partimos hacia otros mundos. ¿Y qué haremos con esos otros mundos? Dominarlos o que ellos nos dominen: ¡no hay otra idea en nuestros patéticos cerebros! Ah, cuánto esfuerzo inútil.
Un dios que ha creado relojes, pero no el tiempo que ellos miden. Ha creado sistemas o mecanismos, con fines específicos, que han sido traicionados. Ha creado la eternidad, que sería la medida de un poder infinito, y que mide sólo una infinita derrota.
No espero convencerte, pero pretendes observar un comportamiento humano en una situación inhumana. Muy noble, quizá, pero no te llevará a ninguna parte