SOBRE LA DESOBEDIENCIA

Muchos hemos sido testigos ( quizás también protagonistas ) de haber escuchado ( o dicho ) en su momento esta sentencia: “Qué niño obediente, ... qué buen niño”. Esta nefasta y artificial asociación – teórica y vivencial - entre obediencia y bondad es pulverizada por Fromm con extremada sabiduría. Que la obediencia es virtud y la desobediencia un vicio, aunque falso, se sigue sutilmente inculcando ( porque es funcional a intereses creados) . Tomando como pilar/eje del ensayo al “Carácter social” - donde toma lo mejor de Freud y lo mejor de Marx, superando las falencias sociológicas del primero y las carencias psicológicas del segundo, - Fromm repasa las “desobediencias” bíblicas (como la de Adán y Eva) o las de la mitología griega (como Prometeo). Las clarificaciones y aportes son varios: la distinción entre obediencia autónoma y obediencia heterónoma; la conciencia autoritaria (reino del super-yo) y la conciencia humanística; la desobediencia a toda clase de ídolos, ideologías y mesianismos; la necesidad de la sociedad de contar con personas sumisas para su funcionamiento adecuado; la sumisión como mutilación; etc. Los textos de Bertrand Russel sobre ´desobediencia´ son insuperables. Lo propio de la temática anunciada en el título del libro se desarrolla puntualmente en las 89 páginas iniciales. Los temas tratados luego (en casi 120 págs. ) como el socialismo humanista, el sueldo asegurado y el desarme y las estrategias de la paz, son interesantes pero no desarrollan el planteo inicial.