SIETE PLANTAS

" Siete plantas" es un relato muy corto, ilustrado, de fácil acceso y amable para con el lector. Apenas un suspiro en la vorágine literaria. Pero, siendo chiquito, sutil y con dibujitos, te termina llevando poco a poco hacia una feroz crítica al sistema de salud. El autor podrá ser simpático pero es claro: a veces el propio sistema se traga al enfermo, lo mastica, lo tritura y en lugar de curarlo, lo enferma aún más. Los médicos muchas veces se olvidan de que no tratan ni con casos, ni con números, sino con seres humanos. Sufrir no es bonito. Nadie debería pasarlo y curarte no debería parecer un castigo. Yo no soy de las que se niegan a vacunarse y en vez de tomar una pastilla, se hace un té con los cardos que hay en el patio. Si tengo que ir al doctor, voy, aunque no me vuelve loca. La relación médico/ paciente es, obviamente, una relación asimétrica en la que el facultativo detenta un poder casi absoluto. Pues no deberían abusarse de ello, ni olvidar que tenes un nombre, una cara, un corazón y un alma y que no sos únicamente un historial clínico. De todas formas, no todos son iguales. Los hay divinos. Mi obstetra estará en mi corazón y lo recordaré siempre con cariño porque en la primera consulta me dijo: " que estés embarazada de mellizos no implica que comas como una morsa. A dieta hasta el día del parto." Asi que eso de alimentarse por tres...bien gracias. A lechuga durante 9 meses (😕). En resumen: este relato solo suma, no resta. No hay ninguna razon lógica para no leerlo. ❤

Dino Buzzati crea un relato original, y tremendamente adictivo. En la simpleza de su prosa, Siete plantas esconde varias capas, todas ellas unidas por un descenso donde el lector podrá encontrar distintas razones, todas ellas validas. La trama se desarrolla en un elitista hospital que clasifica a los enfermos en función de su gravedad. Butazzi juguetea con la angustia de nuestro personaje principal y con su psique. Errores administrativos, incomprensión y casualidades harán que Giuseppe pierda su moral, su fuerza e incluso su voluntad. El relato es estructuralmente perfecto, cada cosa está en su lugar y momento llevando al lector de la mano en cada paso y a su vez dejándole algo de libertad para su interpretación. ¿Errores casuales o intencionados? ¿Crítica a la sanidad privada, u hospital de los horrores? En cualquier caso, en el lugar de Giuseppe yo hubiera salido corriendo de allí aunque fuera con la bata y el culo al aire. Relato rapidito, acompañado de ilustraciones que sin ser nada del otro mundo ayudan en la trama y muy bien elaborado.

Este relato fue publicado por primera vez en 1937 en la revista La Lettura, considerado por el propio autor como uno de los mejores de toda su obra. Forma parte de su obra de teatro " Un caso clínico" que escribiría después en 1953. Nos narra la historia de Giusseppe Corte quien presenta una leve dolencia y decide acudir a un hospital muy recomendado para consultar a un especialista . El trato del personal sanitario es excelente pero le recomiendan que para hacerle un estudio más completo es necesario que ingrese unos días para su comodidad. Este hospital está distribuido por siete plantas clasificadas según la gravedad del estado del enfermo. Cuando lo ingresan en la séptima percibe que es indicativo de poquísima gravedad. Pero a veces el descenso es fortuito y el ascenso casi imposible. Este relato tan breve constituye toda una crítica a las instituciones en general y a las sanitarias en particular;los protocolos , a veces irreversibles, provocan situaciones insólitas. En este caso, percibes que el contexto en el que te encuentras sí es importante, condiciona la percepción de la enfermedad y la propia tenacidad de lucha ante ella . El ambiente afecta al estado de ánimo del enfermo influyendo totalmente en su actitud y recuperación. Es un relato para reflexionar sobre si la forma es tan importante como el fondo. En mi opinión ,un contexto optimista fomenta una actitud positiva en el paciente, pero cuando el ambiente es deprimente y te encuentras en un callejón sin salida, te encuentras en un estado de indefensión que lejos de mejorar tu actitud, a veces hace que vayas descendiendo vertiginosamente y la subida se vuelve cada vez más improbable.

Giuseppe Corte acude al hospital aquejado de una leve dolencia. Lo alojan en la séptima planta, luminosa y cómoda, bien atendido por un personal amable. Allí se entera que en ese hospital las personas con enfermedades leves están en la séptima planta, y que a medida que vamos bajando nos encontramos con enfermos cada vez más graves. A medida que nuestro paciente, por diferentes circunstancias, casualidades, errores... ¿o tal vez no sean errores? tiene que ir descendiendo de planta, viviremos con él su angustia e incertidumbre. Para muchos médicos (no para todos) somos solo expedientes. Yo misma he estado en hospitales varias veces como paciente, y también he pasado muchas horas en ellos con mis padres. He vivido situaciones y experiencias de todo tipo, aunque en mi memoria solo he conservado las buenas, que son muchas. Me cuesta mucho recordar las malas experiencias, creo que mi mente las ha bloqueado. Para el paciente, para la familia, es tan importante el trato humano, sentir que tu médico es una persona cercana a la que puedes consultar lo que sea, como el tratamiento de la enfermedad. Este libro es una crítica al sistema sanitario, a la burocracia, a su organización, y a la falta de humanidad en el trato que en muchas ocasiones tenemos que sufrir los pacientes. Es breve y aún así dice mucho, a mí ha conseguido angustiarme en mi viaje por las distintas plantas del hospital acompañando a nuestro protagonista. Me ha gustado y recomiendo su lectura.

La tensión de este corto relato, hace imposible soltar la lectura hasta el final. El desarrollo es impecable, con diálogos que le dan fuerza y precisión. Siempre está la sospecha de que lo peor está por venir. Que cada día puede ser peor para Giuseppe Corte, el protagonista. El paciente Corte entró casi sano a la prestigiosa clínica de siete plantas y por diversas circunstancias corre riesgos de ir descendiendo. Y no sólo en la calidad de su salud sino en las plantas del edificio. Porque en la séptima planta están los enfermos leves. Y quienes están en la primera es porque no tienen vuelta. O sea la clasificación de la gravedad determina a qué planta o piso va el paciente. La otra gracia de este cuento es que uno mismo pasa a ser personaje. Un urgido personaje que no se cansa de decirle con el pensamiento al bueno de Giusseppe ¿Por qué no sales de ahí? ¿Qué esperas para salir arrancando, pedazo de…? Una genialidad de Dino Buzzati, de quién había leído “El desierto de los tártaros” también muy recomendable.

¡Pobre Giuseppe Corte, que triste e injusta situación! Esta historia me ha hecho reír aunque realmente es para indignarse y qué puedo sumarle a la gran reseña de @marenpergamino, sino que esta situación se asemeja a la película El Hoyo, donde los privilegiados de los niveles superiores disfrutan mientras que los del fondo sufren. Donde la mayoría de las veces el sistema de salud en lugar de sanar y asistir termina enfermando y perjudicando al paciente. Tanta burocracia, tantas ideas y vueltas, turnos urgentes que se prolongan a meses, tratamientos que sanan una cosa y enferman por otro lado. Y todo sin ánimos de desmerecer el trabajo de estos profesionales que sirven a este sistema fallido, a este mercado de carne humana, a este casino de farmacéuticas donde la casa siempre gana. En fin, una historia que te hace reflexionar y te indigna.

Giuseppe está levemente enfermo y decide ir a curarse a un hospital especializado. Agradablemente impresionado por el edificio , blanco, rodeado de árboles, al llegar lo asignan a la séptima planta. Esplendidas vistas. Poco después se entera de que encontrarse en una u otra planta depende de lo grave que estés. La primera planta la ocupan los desahuciados y si encima las persianas están bajadas... Apenas unos días después, encontrándose optimista ante su recuperación, llega una madre con sus dos hijos para ingresar en su planta...pero no hay sitio. ¿ Podría Giuseppe cederle su habitación y él trasladarse a la sexta planta sólo hasta que vuelva a quedar una habitación libre en la séptima? A regañadientes pero por cortesía, el hombre accede. A partir de ahí lees compulsivamente hasta el final, en el que un largo suspiro te hace volver al mundo y darte cuenta que has estado aguantando la respiración todo el tiempo.

𝒮𝒾𝑒𝓉𝑒 𝓅𝓁𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈 por Dinno Buzzati 🏥 Me gusta mucho como el autor encauza la historia de una manera tan real. Los médicos serios y fríos, donde muchas veces no se preocupan por la comodidad del paciente, manejar los estudios y hasta a veces no quererse hacer cargo de estos mismos o del paciente, acompañado con ese tono de egocentrismo e individualidad de llevar a cabo el trabajo de médico, con tanta altanería y poca humildad (por supuesto que no todos los médicos son así) Me gustó como personificó al paciente que pasa de un sentimiento a otro de momentos a momentos, a veces que no sabe cómo actuar con relación a tan terribles hechos que le suceden, principalmente la enfermedad pero también los palos en la rueda con los que se puede encontrar para llevar a cabo la misma de manera más leve o tranquila Debo decir que no hay mejores representaciones descriptivas que me hagan hacer sentir dentro de la historia, como si fuera algo real o que en algún momento a cualquier persona le pueda suceder. Además, las caracterizaciones del hospital, lúgubre, triste, depresivo, es lo que hace que la historia de desenvuelve de manera tal que se acerca más a más a los espacios reales que nos encontramos en este mundo, y al temible final (para algunos) de no querer llegar a eso Es un libro corto, de lectura fácil y amena. Super recomendable