Sinopsis de SAN QUINTÍN

La nueva serie de novelas de José Javier Esparza Mi nombre es Julián Romero de Ibarrola y soy maestre de campo de los tercios del rey nuestro señor. Sirvo hoy con don Felipe II como ayer serví con su augusto padre, el césar Carlos. Queréis que os cuente mi historia y yo os diré que mi único mérito es haber salvado la piel donde otros dieron la vida. Constato en vuestras miradas que no sabéis lo que pasó en San Quintín. Avergonzaos, ganapanes, porque pocas páginas han escrito nuestras armas más gloriosas que aquella victoria, en la que este vuestro servidor cayó herido cuando una bala de mosquete me perforó una pierna y desde entonces me cuelga así, como dormida. Aún tengo que dar gracias a Santiago de que no hubiera que cortarla, según se solía hacer, para que la gangrena no me comiera el cuerpo. Y ahora, si queréis saber más, prestad oído

2 reseñas sobre el libro SAN QUINTÍN

Clama al cielo lo que ocurre en España con sus glorias. Uno pasea por la vieja Europa y encuentra arcos napoleónicos o esa "pequeña" plaza de Trafalgar londinense. Sin embargo en nuestra piel de toro de Lepanto, conocemos más al manco y de Las navas, un monumento vistoso en un pinar de Jaén. ( Con todos mis respetos y aplausos a la ciudad) Delirante lo de Valencia que dedica una avenida enorme a un mercenario de Vivar, y el pobre Jaime primero tiene una misera vía, esquina con la calle Quart, donde lo único mencionable es una jugueteria sexual y hasta las ratas vigilan su sombra. Para algunos historiadorcillos, lo de San Quintín fue una pelea de bar. Poco más que un batallón de tercios disparando a unos aburridos franceses que pasaban por allí. José Javier Esparza, que no es princeso, pero gasta parche a lo Eboli, con buen humor y mucha documentación, saca pecho y hace justicia a lo que en aquella batalla aconteció y lo mucho que se jugaba nuestro segundo Felipe. El autor valenciano utiliza al capitán Julián Romero que en primera persona y a modo de memorias, narra que originó la batalla, como se decidió el lugar y las muchas estrategias que allí se dieron para alzarse con la victoria ( que no es spoiler porque lo pone en la trasera del libro) Cierto es, que nuestro protagonista es enviado a un arrabal para impedir la llegada del ejército francés con un centenar de arcabuceros y también que la disposición táctica dejó a los de la flor de lis sin un solo pétalo y hechos foie gras. 30.000 almas de cada bando luchando por mucho más que el asalto y unos personajes caricaturizadados según usos y costumbres de la época. Prosa mordaz al puro estilo de los tercios españoles en una novela, ligera, llevadera, didáctica y muy entretenida. Un épico episodio de nuestra historia que bien merece una plaza de tres manzanas con la estatua de Manuel Filiberto de Saboya ensartando en su espada escargots y croissants para que los turistas franceses la pudieran contemplar en sus visitas. Y llorar como hacemos tantos otros en Trafalgar Square. P.d. se me estaba ocurriendo una maldad, pero me la guardo a riesgo de que se arme la de San


San Quintín Aquí se narra la batalla del mismo nombre y como se llegó a ella. A mediados del siglo XVI el rey de Francia y el papa Pablo IV urden una estrategia para perjudicar a España, esto es resumiendo mucho porque todo venía de lejos. Envidiosos como estaban los jodios de la expansión del imperio hispano, en aquel tiempo dominando Flandes y el sur de Italia, la zona de Nápoles, concretamente. El ataque a Nápoles fue detenido por el duque de Alba. Felipe II, con poco más de un año de reinado, como respuesta, decidió atacar, desde Flandes, un puesto francés, al final se decidió por la localidad de San Quintín. Al mando de esta acción estuvo Manuel Filiberto, conde de Saboya. Todo esto está muy bien explicado en el libro, con todo lujo de detalles, tanto humano, con los nombres de los más destacables y también con descripción de los lugares y mapas de los acontecimientos. Destacar a una persona que participó, como es Julián Romero, que es el narrador de esta historia. Un soldado español muy presente en los tercios españoles de esta época. Siempre protagonista debido a su inteligencia y valor, jugó un papel muy importante en esta batalla. Contado en un lenguaje de la época, un tanto suavizado para que se entienda sin dificultad, la narración suena de un modo cantarín muy agradable, lo que hace una lectura fácil y, por qué no decirlo, más creíble por la época de los hechos que se relatan. La fecha de la batalla fue el 10 de agosto de 1557 día de san Lorenzo. El rey Felipe II mandó construir el Monasterio de San Lorenzo del Escorial en conmemoración de este día. En Francia esta batalla se la conoce como la de Sait-Laurent ou Saint-Quentin que es lo que pone en el monumento que hay en el lugar en el que ocurrió. Una lectura imprescindible para aquellos que desconozcan los detalles de esta batalla, y/o para los que se pregunten el origen de: ¡se armó la de San Quintín! o ¡se va a liar la de San Quintín! Y sus múltiples acepciones. En estos tiempos desconozco si se sigue usando en España estas frases. Yo las he conocido de siempre. Que yo sepa, en Francia no hay esa frase ni ninguna que dedicar a Saint-Quentin.


TAMBIÉN SE BUSCÓ EN NOVELAS HISTÓRICAS Y NO FICCIÓN