Frente a la contemplación muchos han contrapuesto la acción como vía más adecuada para mejorar el mundo, pero nada queda más lejos de la realidad que esa falsa disyuntiva. Acción y contemplación son dos caras de la misma moneda que se complementan con el nexo indestructible de la verdad. El presente libro marca las directrices para conseguir una acción sabia, inteligente y sensata como fuerza liberadora del hombre, a la vez que señala la importancia de la verdad a la hora de fundar las propias acciones. En una época consumida por el activismo febril, nada podría ser más interesante. Toda una propuesta para modelar y reorientar la propia vida al calor de una visión rigurosa, de gran altura espiritual y filosófica.