Dice el autor que la India tiene que ser descubierta y redescubierta. Siempre hay más que ver, que sentir, que experimentar, que indagar, que penetrar. Exuberancia de razas, de religiones y cultos, de idiomas y dialectos, de multivariadas costumbres. Descomunales montañas, inmensos desiertos, enormes llanuras, espesas junglas, maravillosos valles y una riqueza incomparable de monumentos artísticos salpican con profusión inabarcable la India.