El objeto de este pequeño libro es casi inagotable. Al regresar a Rousseau, algo le deja a uno siempre fascinado y disgustado, instruido y consternado, entusiasmado, removido o irritado. ¿De qué se trata realmente?. Rousseau es, en un sentido inigualable, una existencia ejemplar. Él se entendió y se estilizó a sí mismo de este modo. Apercibido de la contradicción de que él, el enemigo de las artes y de las ciencias, escribiera y publicara una obra de teatro, responde que admite naturalmente que se escriba una sátira sobre ello, pero "una sátira no sobre mí, sino sobre mi época". Interpelado por el hecho de que él, el autor de un célebre libro sobre la educación, hubiese entregado a un hospicio a sus cinco hijos, echa la culpa a la clase dominante, que le robaba el pan para los suyos.