Novela corta, relata la vida de un famoso pintor, Johann Veraguth, quien ha puesto en condiciones Rosshalde, la residencia idílica en donde transcurre la historia. Allí vive con su mujer y su pequeño hijo, Pierre. Johann vive "como un hombre soltero", en un estudio que ha construido a tal fin, mientras que su mujer y el pequeño Pierre habitan la mansión. Esto parece ser la mejor solución a los problemas de familia. Un día llega de visita su amigo Otto, quien le cuenta de sus viajes (con la intención de incitar a su amigo a que le acompañe), con este comparte largas charlas y caminatas; a pesar de su fama y fortuna, se percibe el hastío en la vida del pintor. El encuentro con su amigo de la infancia, el regreso de su hijo mayor, con quién no tiene buena relación, le harán replantearse muchas cuestiones. Si bien es un hombre entregado a su trabajo, la idea de abandonar su pequeño mundo le atrae. La historia es simple, la narrativa es extraordinaria.
Cuanto más claras resonaban las voces de la esperanza en su alma, tanto más temerosa se tornaba la conciencia del pintor frente al dolor que habría de producirle el despertar último de su vida.
Y así Otto caminaba junto a su amigo, adoptando un aire de abandono y sintiéndose tristemente maravillado de que un hombre tan superior por su talento pudiera tornarse hasta pueril por la infelicidad y que recorriera con los ojos vendados y las manos atadas, su senda de espinas.