Una detective y un psicólogo, persiguen a un psicopatía; no era un viaje normal por carretera... Miami, Nueva Orleans, Kansas City, Omaha, Chicago, Cleveland. Un hombre, una mujer, un coche y una cámara fotográfica. Él secuestra, mata y después fotografía a sus víctimas. Ella escribe sobre lo ocurrido y se asegura de que ha plasmado correctamente la historia, porque sabe que él lo revisa todo. La detective Mercedes Barren tiene motivos para perseguirlo: su sobrina fue una víctima. Y también el psiquiatra Martin Jeffers, especialista en delincuentes sexuales. Una odisea. Una expedición. Una pesadilla que se adentra en el día siguiente... con Retrato en sangre.
La verdad...me lo leí porque todos dicen que es bueno. Y si, pero no. Trae un par de escenarios que no había visto antes en libros de misterio, uno de ellos que refleja la psique del villano. Pero...se desaprovechan en función de un final si bien no previsible, un poco desacertado para el contenido. Y hay un tópico que ya hemos visto antes de la mano de Thomas Harris, así que... Es recomendable, pero pudo ser mejor. Es disfrutable y hasta un buen relato, pero...le faltó un poquito.
Una novela más de un auténtico maestro en crear situaciones y atmósferas angustiosas. La trama no es tan original, pero atrapa. Se introduce el elemento del serial killer y eso suma. Es cierto que en esta ocasión el desenlace final es bueno, pero más previsible. Una novela para fans del autor.
Al principio un poco lento y enredado pero JK nunca deja de sorprender con sus historias. Te deja con buen sabor y el final no lo esperas!!!
Excelente libro tiene unos giros muy particulares. En lo personal ya he leído más de la mitad de los libros de este autor. Empiezan bien la trama se le cae en el último capítulo no es Justo 😟
El conocimiento, empleado correcta y peligrosamente, puede servir para confundir más y ofuscar la verdad.
Siempre estamos buscando, intentamos esconder el comportamiento de las personas, y el acto que más nos asusta a todos es el asesinato.
El piano es como los pacientes; tocamos sin cesar las teclas con la esperanza de dar con una melodía; y normalmente descubrimos una disonancia.
La venganza tiene algo de ordinario y trillado, es un impulso muy común que surge de circunstancias poco comis nes. Lleva consigo un sentimiento de culpa, incorporado: inevitable.
Si cambiamos la designación, de algún modo nos convencemos de que larea- lidad es menos malvada y desagradable, aunque de hecho no cambie nada.