Desde las páginas de El País, Francisco Peregil fue narrando el acoso y derribo de Bagdad. Visitó las casas de las familias más humildes y los palacios de Sadam cuando los bagdadíes los saqueaban. Conoció la dictadura, las primeras expresiones de libertad y el libertinaje. Vivió en distintos hoteles durante veintiuna noches de bombardeo y se vio envuelto en un tiroteo en el interior de un hospital. Ahora, para los lectores españoles, la guerra de Iraq contada desde el punto de vista de un español en Bagdad.