Última entrega de la serie que describe las enseñanzas de don Juan Matus, cruzará, mediante aterradoras y sorprendentes experiencias, las etapas que separan al "guerrero" del "hombre de conocimiento", dejando así de ser un aprendiz para volverse un brujo. En estas páginas los conceptos del tonal y el nagual cobran gran importancia, pues son clave en la manera en que el mundo invisible se articula con el que percibimos a diario y sirven para perfeccionar el dominio de uno mismo y la interacción consciente. Así, al final del aprendizaje, Castaneda asimilara el postulado que impera en la sabiduría de don Juan: con plantas o sin ellas, seguiremos en el reino de los ensueños, en el camino del hallazgo, en el mundo de los acertijos.
Una lectura en la que uno quisiera encontrar alguna falla, algún error en su lógica, pero es imposible. El libro cierra de manera magistral la tetralogía iniciada con Las enseñanzas de don Juan. Cuando era mas joven y hacia mis excursiones al centro de la Cd. de México, tenía muy presente algunos de los lugares que menciona el libro, e imaginaba cuales podrían ser otros de los cuales no es tan explícito; no sé si le suceda a otros lectores de Castaneda, pero uno no puede desprenderse tan fácil de sus textos, y se anda por ahí maravillado del mundo circundante.
Si no se tiene en cuenta a la muerte, todo es ordinario, trivial. Sólo porque la muerte nos anda al acecho es el mundo un misterio sin principio ni fin.