QUE EN VEZ DE INFIERNO ENCUENTRES GLORIA

En dos horas y media tuve la fantástica oportunidad de conocer al gran escritor que es Lorenzo Lunar. No más de 130 páginas. No necesitó más que eso para convertir al lector en personaje. Para ser Leo, perseguir al Machito, conversar con el Rey del Brillo, beber con Cundo, explorar con María Rosa. Lunar tiene floritura y barrio. Ese barrio que es un monstruo y que extiende sus tentáculos monstruosos e invisibles. El mundo de Lorenzo se desarrolla en una Cuba herida y pobre y llena de prostitucion y alcohol barato. No voy a negarlo: disfruté de la lectura. Me recordó a un más serio complot Mongol. Vale la pena en muchos sentidos.