PURA PASIÓN

Pura pasión es un relato de apenas cuarenta páginas donde la autora nos narra justamente una pasión; aunque bastante lejos de lo que yo imaginaba que iba a ser un relato erótico, para sorpresa (y agrado) resultó algo que tiende al análisis de una obsesión. La narradora relata una relación donde de antemano sabe que tiene todas las de perder (un hombre mayor, casado, que vivía en un lugar alejado) sin embargo se obsesiona de tal manera con él que nos hace dudar de la salud mental de Annie 👀. Lo que al principio hace sentir al lector cierta empatía (¡ah! Sí, me pasó también, me puse así cuando conocí a tal...) se va tornando muy extraña y poco empática al nivel de " me encanta cuando eructa, hasta cuando lo hace basándome.." 👀👀. "Me hice el estudio de sida, con la esperanza de que me haya dejado al menos eso" 👀👀👀👀 No creo que fuera la finalidad de la autora, pero por momentos me resultó tan bizarra que me divertió, creo que Shakespeare estaría orgulloso del dramón de esta mujer. Vale la pena porque es muy breve y la manera de escribir de Ernoux es buena y directa. Voy por La mujer helada.🚀

Annie Ernaux escribe sobre un periodo de su vida. El título del libro no engaña, esta es simple y llanamente la historia de una pasión. De la pasión que un hombre proveniente de Europa del Este despierta en esta mujer culta, independiente, divorciada y con hijos mayores. Pero que durante un tiempo ha perdido su norte y solo ha sido capaz de vivir para esos momentos compartidos con él, dejando de lado cualquier otro aspecto de su vida, siempre esperando ese momento del reencuentro y de la pasión compartida. Aunque está perfectamente explicado, a mí me ha faltado justamente eso que anuncia el título…. pasión en el relato. Por lo menos, así es como yo lo he sentido. Demasiado frío y racional. Tal vez porque en el momento de escribir, esa pasión se había quedado atrás. O porque para evitar el dolor, la autora prefería recordarla de una forma fría. Tal vez porque cuando la historia ha terminado, cuando el dolor se va calmando, va dando paso al raciocinio. Y es entonces cuando reconoces lo que intuías pero no querías aceptar, que esa persona no ha sentido por ti lo mismo que tú sentías. Porque empiezas a darte cuenta hasta qué punto llegaste a perder la dignidad, incluso a humillarte, por un hombre al que sabes que nunca más verás de la misma forma. O tal vez, simplemente es el estilo de Annie Ernaux. Nunca la había leído. De lo que no hay duda es que es un libro valiente, no es fácil desnudarse así, sobre todo si quien escribe es quien ha perdido la partida. Aunque ¿quién dice que ha perdido? Quizás no, porque las experiencias te acompañan de por vida, y nadie podrá quitarle la experiencia de haber vivido una gran pasión.

En éste libro, la pasión solo está en el título. Es un breve pantallazo que la autora nos da de manera fría y distante sobre lo que un hombre le hizo sentir durante una relación que mantenían, ella divorciada, el casado... No hay mucho más para decir porque es muy corto, no sé si me gustó. En algunos momentos sentí que leía el diario personal de alguien, aunque tampoco llega a ser eso.

La novela, casi un relato breve, se puede leer en unas horas y por su forma de estar narrada, tan sencilla, tan directa, tan cotidiana, te atrapa de inmediato desde la primera línea de cada frase, en cada una de sus palabras y a lo largo de toda la obra. Es un texto autobiográfico (algo común en la autora) escrito en forma de diario en donde, al mismo tiempo que escribe este libro. nos recuerda su historia: de largas esperas, de amor y de deseo con A. (tenemos una descripción mínima) que duró unos meses. Disecciona esta pasión casi como un cirujano, analizando cada momento, cada acción, cada recuerdo, cada gesto, cada decisión y cada espera “simplemente pasar el tiempo entre dos citas”. Todo lo asocia con él y con las fechas de su relación: música (lambada), cine (“El imperio de los sentidos”), arte (“El origen del mundo” de Coubert), en todo le busca y cuando la relación ha acabado cada palabra que oye o cada acto que ve le sirve para recordarle y tener la esperanza de que vuelva; esto sólo ocurre una vez y lo recuerda por la guerra de Irak. Resulta curioso que para superar el dolor de su ausencia decida visitar el lugar en el cual se sometió a un aborto (reflejado en otro de sus libros) o que incluso desee tener un accidente mortal para así acabar su relación y al escribir el libro piensa en las consecuencias que eso va a tener en la mujeres al hablar de un amante más joven o al describir el cuerpo de A. (resulta curioso su sorpresa por ver una película X).

Cualquiera de las variantes por la que la autora determinó hacer este libro la aplaudo: Terapia? Exhibicionismo? Autoconocimiento? Aplaudo su valentía. Cada frase de esta autobiográfica obra está al desnudo. No hay adornos ni prejuicios; solo hay la realidad dolorosa de una mujer que expone un sentimiento ridículo y perturbador. Para todos conocido, pero callado. Experimentado, pero soportado. Nunca antes había yo sentido (porque se siente) la pequeñita distancia entre el placer de ver a su amado y el dolor de despedirle (relación con un hombre casado) que la autora describe con desgarro, con intimidad, con auténtica honestidad, sin quedarse con nada de este sentimiento que la atropellaba, la angustiaba, la vejaba y a su vez, adoraba como parte exquisita de su existencia: "Para mí no había cronología en esta relación, solo conocía la presencia o la ausencia" Esta mujer es feminista, entonces a que grado sigue creciendo su valor al exponerse como "objeto" de un idilio que la controla y asfixia, contra el que ni siquiera desea luchar. Le deja estar, y lo cuenta, tan descarnado como lo vive, siente incluso la incapacidad y sinsentido de su vida si llegase a faltarle. Aceptando y sucumbiendo a las migajas de este extranjero que quizás (según nos relata) ni siquiera supo la intensidad de esta obsesión. Un año después lo relata todo en este libro y es por lo que creo que es fuente de alguna terapia auto-impuesta, o quizás sólo fue deseo de hacer literatura y lo compré... y le seguiré comprando su obra. La honestidad es una virtud: no está sobrevalorada, es lo mejor que queda en este ahora de incertidumbres, donde las redes han venido a amargarnos un poco la autenticidad. Todos podemos ser "otros", todos podemos "esconder" tras un ordenador un defecto y defender un ideal que quizás ni compartimos. Annie Ernaux decidió ser ella misma, llena de defectos dolorosos y lo compartió contigo y conmigo, hijos también del error, pero quizás menos valientes para exponer la vida así, a disposición del juicio de otro.

Tal como su nombre nos da a entender, está es una historia de pura pasión, pasión más allá de un contacto o deseo carnal, pasión que roba pensamientos que lo abarca todo, que vuelve lo cotidiano irreal, una pasión que consume hasta lo propio y que marca lo ajeno. Tal como nos lo menciona la protagonista desde un inicio, después de tanta pasión la falta se vuelve insoportable, nada podrá llenar ese vacío nunca más, ni siquiera el mismo objeto de deseo, tal pasión solo puede ser vivida una vez, después de tal desborde de sentimientos no queda más que la resignación a la nada misma, a la tibiez de pasiones más soportables.

Un libro breve, al parecer autobiográfico donde Annie, nos presenta su amor por A..., sus pasiones y encuentros secretos que desvelaron en una pasión casi enfermiza. La historia gira en torno a esos amores fugaces que nos vuelven ciegos, tontos, mudos y trastornan nuestras vidas. Quien alguna vez no ha esperado ansiosamente un mensaje, una llamada de su amado y ha sido plenamente feliz con pocas horas junto con su enamorado. La lectura me pareció entretenida, sin embargo, creo que las palabras carecen de fuerza en algunos fragmentos. Al final, las relaciones fugaces como dice Annie parece que conllevan a: “Vivir el placer como un dolor futuro” Ago-2022 (leído)

Pura Pasion, pero lo que ella tenia era obsesión". Estremecedor drama sexual sobre los abismos del deseo femenino, protagonizado por una mujer adicta a su romance con un misterioso diplomático. El mundo de las relaciones es fascinante. También el de el deseo y la pasión. ¿Qué lleva a una persona a perder la cabeza por otra? ¿A desearla tanto que cambia las prioridades de su vida? Un tema complejo abordado de una manera tan simple que plasma la evolución psicológica de una mujer devorada por su propio deseo. Esta novela deber considerarse como un manual de comportamiento para aquellas personas que se convierten en eternos amantes. Un drama fascinante, perturbador y sumamente intrigante, que no dejará indiferente a nadie. Un gran libro, sin duda. Muy breve, y muy simple. Un libro que se lee como si fuera un cuento largo, y se saborea en una tarde, quizá con uno o dos vasos de vino, francés, por supuesto. Esta es una historia sobre la pasión adictiva de una mujer culta, inteligente, económicamente independiente, divorciada, completamente desquiciada por un hombre y con hijos ya mayores, que renuncia a sus principios feministas, su instinto maternal, y su amor propio para alimentar su obsesión sexual y perder la cabeza por un diplomático, que es todo un bon vivant (disfrutar de los placeres de la vida), que goza de la ropa de diseñador y de los autos suntuosos y que tiene un lejano parecido a Alain Delon, es más joven que ella y es casado, con el que no tiene nada en común, es un completo extraño. Pero pese a ello era tan considerada con él que nunca le dejó huella de ella en su ropa y ni marcas en la piel (chupetones). Así, comienza una relación en la que se puede ver la evolución del amor, de principio a fin. La pasión de esta mujer es narrada con precisión y lucidez, no con fuego ni sangre. Por decirlo de algún modo, se trata de la pasión desbordada casi desquiciada, pero canalizada a través de la razón, valga el contrasentido, y narrada de una manera fría, desprovista de juicios, pero no por ello menos intensa. Nada romántico, nada cabal, solo pasión que primero es divertida y termina por convertirse en enfermiza. Esa pasión le hace sentirse viva, le hace sentir que es dueña de sus decisiones, unas decisiones que ella misma toma y lo hace, simplemente por el placer que le hacen sentir. Toma decisiones que le afectan laboralmente, socialmente y en su faceta como madre; pero ella es plenamente consciente y las toma porque quiere. Visto así se podría pensar en cierto empoderamiento; pero también es verdad que vemos como ella está dispuesta a soportar sus exigencias, sus ritmos y caprichos. A ser “la otra mujer”. Durante un tiempo se podría debatir quién usa a quién, porque parece que los dos se usan para satisfacer sus necesidades. Muy pocas veces antes se había hablado con tan descarnado descaro del sexo masculino o del deseo que idiotiza, que trastoca. La escritura aséptica y desnuda de Annie Ernaux consigue introducir al lector en el febril, extasiado y devastador desvarío que cualquier persona, en cualquier lugar del mundo, ha experimentado sin duda al menos una vez en su vida.