Sinopsis de PROSA COMPLETA

3 reseñas sobre el libro PROSA COMPLETA

Cuando he buscado “Autoras malditas” era una de las primeras opciones que me salían, y allá me fui. No puedo decir que me haya gustado, la verdad, pero tampoco creo que me haya enterado de mucho de lo que estaba leyendo, sólo sé que me he agobiado con tanta tristeza, tanta soledad que emana cada uno de los relatos que tiene esta obre. Admito que la parte de “La condesa sangrienta” me la he saltado, pero es que tengo toda la intención de leerlo y no quiero quitarme suspense, aunque ya leí la versión de Penrose. Que con cada relato corto consiga hacerme trasmitir uno sólo de los sentimientos que he sentido, pero las sensaciones se me han acabado al empezar el teatro, del que no he entendido ni patata. Es una pena que no viva para poder explicar qué le pasaba por la cabeza cuando escribía, de hecho, la parte de las entrevistas es la parte que más me ha gustado. Tampoco entiendo mucho qué pintan los trozos de poemas/prosa y el análisis de obras de otros escritores que nada tienen que ver con ella ¡Se llega a citar a Garcilaso!!!!!!!!!!!!!!! Si queréis un libro con personajes claros, una trama que se pueda seguir y unos diálogos que tengan sentido ¡camino equivocado! Yo misma no lo hubiera leído de saber que estaba escrito para comunicarse con los extraterrestres, no os aconsejo comenzar a seguir a esta escritora con esto.


Alejandra Pizarnik, en ésta obra Prosa Completa, se han recopilado, entre otros, algunos relatos cortos. Uno que me agrada es uno escrito en 1965 titulado DEVOCIÓN que comienza: "Debajo de un árbol, frente a la casa, veíase una mesa y sentados a ella, la muerte y la niña tomaban té. Una muñeca estaba sentada entre ellas, indeciblemente hermosa, y la muerte y la niña la miraban más que al crepúsculo, a la vez que hablaban por encima de ella. -Toma un poco de vino -dijo la muerte. La niña dirigió una mirada a su alrededor, sin ver, sobre la mesa, otra cosa que té. -No veo que haya vino -dijo. -Es que no hay -contestó la muerte. -¿Y por qué me dijo usted que había? -dijo. -Nunca dije que hubiera sino que tomes -dijo la muerte. -Pues entonces ha cometido usted una incorrección al ofrecérmelo -respondió la niña muy enojada. -Soy huérfana.Nadie se ocupó de darme una educación esmerada -se disculpó la muerte. La muñeca abrió los ojos." Es un cuento extraño, tal cual una pintura de estilo surrealista imaginemos, una pintura de Salvador Dalí. Frente a una casa , no hay más casas, hay un árbol y debajo de éste una mesa con los dos protagonistas, la muerte y la niña, entre ambas una muñeca. A la distancia un atardecer o crepúsculo al que no le prestan atención. Si uno evoca los paisajes surrealistas de Salvador lo descrito anteriormente podrían corresponde a uno de sus tantos cuadros, una imagen de sueño, hasta aquí tratando de imaginar la escena. Luego el dialogo también resulta extraño. La muerte no suele presentarse a cualquier persona; en la literatura la muerte suele presentarse a una persona que está próxima a morir; la muerte le dice que tome vino y la niña le espeta que no hay vino y le corrige muy enojada...y aquí la muerte le da una respuesta totalmente inesperada, que me parece genial..."Soy huérfana. Nadie se ocupó de darme una educación esmerada". Es interesante, la muerte según los griegos se le conoce como Tánatos y causaba la muerte sin violencia. La Keres era su hermana de la muerte y al contrario que ésta, causaba la muerte de tipo violenta. Tánatos era hijo de la diosa Nix (la noche) y Erebo (dios de la oscuridad); por tanto para los griegos la muerte o Tanatos no sería una huérfana. La sorpresa final se produce cuando al disculparse la muerte, aduciendo que es huérfana, sucede algo totalmente inesperado..."La muñeca abrió los ojos". Realmente este cuento corto de Alejandra Pizarnik te hace imaginar una escena de sueño o ensueño a la manera surrealista y sus extraños protagonistas, con un dialogo que parece salido justamente de un sueño y que causa sorpresa. Imaginar que la muerte es huérfana es genial, quién desearía tener como familiar a la muerte, que tanto miedo causa y su leve contacto te quita tu último aliento de vida...nadie ciertamente. La misma muerte se siente sóla, nadie la quiere, no conocerá nunca el amor, la amistad.


Alejandra Pizarnik, he aquí una escritora de prosa, poesía y teatro difícil. Su estilo es, si se podría calificar, de estilo surrealista; las palabras y frases se construyen como si se tratase de asociaciones libres, con ahorro de signos ortográficos, con ahorro en conjunciones, pero las palabras y frases dicen mucho más de lo que dicen...gritan, piden ayuda, auxilio, piden ser vistos pero sobretodo mirados, escuchados...están teñidos del ánimo triste, angustiado de Alejandra Pizarnik, de su lucha interior tremenda, por su afán de existir a través de sus palabras...a veces sus palabras y sus frases duelen, pero de ninguna manera fueron hechas para reír. Sus escritos revelan una lucha tremenda interior. Imaginémosla a Alejandra, sentada en su silla, lápiz o pluma hacia un lado; un café hacia el otro, silenciosa, encogida en su asiento...mirada a la pared, que puede o no tener un cuadro, una pintura, sin que por eso le esté prestando mayor atención...de repente exhala una voluta de humo por la boca, está fumándose un cigarrillo y no nos dimos cuenta, pero si, vemos que no le presta tampoco atención, tiene la mirada dirigida a la pared, y se adivina qué se encuentra lejos, muy lejos en esos pensamientos muy suyos, muy cargados de una fuerte emoción, una fuerte tristeza, la soledad encarnada, la soledad incomprendida, pensando, cuál Hamlet moderno, no una sino varias veces...ser o no ser Alejandra Pizarnik. La lectura de su obra exige aceptar el reto, exige conocer quien fué, exige conocer sus batallas y saber lo que todo ser humano quiere... existir.


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FRASES DEL LIBRO PROSA COMPLETA

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