La protagonista de esta obra, una joven huérfana, decide olvidar su soledad bajo los pinos de la selva, en el pueblo salvaje de los «cazadores de abejas». Pero no amará nunca. Su alma se modeló como los bosques, y era como ellos bulliciosa y grave; reía con el sol y los pájaros, cantaba con los arroyos y le agradaba el fragor de las tormentas. No pretendía rehuir la fatiga, pero se mantenía lejos del amor.