Por el amor de la sensual y pícara Imabelle, Jackson pierde los ahorros de toda su vida al dárselos a un confidente de la Policía que «sabe» convertir billetes de diez dólares en billetes de cien; luego robará a su jefe para perder posteriormente el dinero en una sala de juego. Por fortuna para él, Jackson tiene un hermano gemelo bastante avispado, Goldy, quien, disfrazado de hermanita de la caridad, se gana la vida en Harlem vendiendo entradas para el Cielo. Ahora toca zanjar las deudas…
Chester Himes fue descripto como "el mejor escritor negro del siglo XX" en más de una ocasión. A pesar de provenir de una familia de clase media y haber podido ir a la universidad, terminó con dos condenas por robo a mano armada. Fue en la prisión que comenzó a escribir y hasta logró ser publicado antes de cumplir su condena. Sus novelas siempre tratan de una u otra manera el tema de la negritud, y su serie de novelas negras que tienen como protagonistas a "Ataúd" Johnson y "Sepulturero" Jones, estos a dos investigadores negros de Harlem que trabajan en su mismo barrio. Quizás sea este el principal aporte de Himes a este tipo de policial. Mientras que Chandler muestra detectives que saben manejarse en los barrios bajos, pero no son parte de ellos, Himes nos muestra policías producto del mismo barrio que investigan y por lo tanto no caen fácilmente en los engaños de los criminales. Es por esto que ni Ataúd ni Sepulturero persiguen a drogadictos u homosexuales. Solo les interesan los violentos y los narcotraficantes. Una novela aceptable en cuanto a su calidad estética, a la que la traducción del slang le juega una mala pasada.