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  3. PLATERO Y YO

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7,8

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Sinopsis de PLATERO Y YO

Obra lirica que relata las anécdotas, vida y muerte de Platero, un burrito singular. Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto y se va al prado y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: ¿Platero?, y viene a mí con un trotecillo alegre, que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal..

45 reseñas sobre el libro PLATERO Y YO

Un burrito y un poeta con sus pequeñas historias que se desgranan en 138 páginas de capítulos cortos de pura prosa poética, inundada de metáforas. La obra es rotunda en el amor por los animales, ese que va más allá de las mascotas, por la vida en el campo, por las cosas simples de la naturaleza. Y también, promoviendo valores y deslizando la crítica social bien puesta, le llegue a quién le llegue. Cada cual puede trasladarse de una u otra forma a su propio Moguer, el pueblito de Platero y de su amo. Al menos eso me pasa a mí. En mi Moguer, que se llama Huelmo, en los albores de la vida de este servidor, ocurrió que mi abuelo Pello rebosante de orgullo por su primer nieto, me subió a una cabalgadura cuando no pasaba de los cuatro años y a escondidas de mi madre. Claro que bien amarrado y con él muy vigilante. Así aprendí a cabalgar, a lomos de la Papaya, una yegua que a mi corta edad siempre la vi enorme. Era negra azabache, hermosa, cuidadosa y comprensiva con ese insecto que se las daba de jinete arriba de su lomo. Años después para mi zozobra, mi abuelo se desprendió de ella en acuerdo con un compadre suyo que se la llevó a otro campo. Y para allá se fue la Papaya. Luego, desde allí fue vendida para prestar servicios en la ciudad, tirando de un carretón de aquellos que hacían fletes. Mucho tiempo después en uno de esos “viajes a la ciudad” íbamos con mi abuelo pasando por una calle, hasta hoy de mal recuerdo. Allí estaba la Papaya con su carretón. El relincho que lanzó, tremendo, quejumbroso y acusatorio fue haciendo ecos por todas las casas del barrio. Mi abuelo quedó desarmado, tembloroso y estremecido en medio de la calle. Ese reconocimiento años después, de la Papaya y su amo, me marcó en el amor y el respeto por los animales. Imposible no conectarse con Platero, su historia y su amo poeta, porque de alguna forma es también la historia soñada o real de cada uno. Si parece mientras leo estar viendo a la Papaya, mi yegua de ojos grandes, la Platero de mi infancia. Gracias Juan Ramón por esto, por dejarnos en herencia este clásico de siempre.


Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez Un libro hermoso, eso no puede negarse. Me cuestioné en ciertos momentos si realmente es una obra para niños. Recuerdo que mi hermano lo leyó mucho antes de que yo siquiera lo denotara, a él que era un niño sensible e imaginativo le encantó. Por mi parte, hoy estoy más dispuesta a disfrutar de esa prosa poética. Las experiencias de vida también me han llevado a valorar aún más ese amor y relación entre el niño-joven con aquel que más que un animal o mascota, era su amigo fiel. Lo cierto es que en Platero se personifica los amores, miedos, anhelos, recuerdos y todos los sentimientos que se desarrollaron entre el niño y su burro, y a decir verdad, es lo que cada ser humano también ha experimentado con una o más personas, animales u objetos en su vida. Motivo por el cual, es muy significativo para todo aquel que lo lea, o al menos en ciertas circunstancias especiales. Una lectura para disfrutar cuando realmente estes dispuesto a ello.


Solo por disfrutar del rico vocabulario y de la belleza de la prosa, que es pura poesía, ya merece la pena leer este clásico. Un cuento escrito para niños, pero estoy convencida de que se escribió para niños de todas las edades, para esos niños que todos llevamos dentro por muchos años que vayamos cumpliendo. Es la historia de una amistad. Amistad entre un poeta y un burrito, Platero, en el pueblo natal del poeta, Moguer. Narrado en capítulos cortos, con escenas cotidianas plagadas de naturaleza, de verdes campos, de campos nevados, de los animalillos que los recorren, de las costumbres de un pueblo. Y de amor, del amor que se profesan el poeta y Platero, ese amor que los que tienen una mascota pueden entender. Y yo, que soy reacia a dejar rodar las lágrimas ante los avatares de la vida, lloro desconsolada al cerrar las páginas de un cuento.


Platero es pequeño, como las lágrimas que van cayendo de mis ojos mientras doy la vuelta a la última página de este precioso libro. Un libro que debería haber leído hace muuuucho tiempo y no sé por qué, se me escapó. Un librito con capítulos cortos, de esos que dices: venga, un par más, y cuando quieres darte no quedan capítulos con los que continuar. Es una historia archiconocida, al menos en España, que narra la historia de amor entre un niño y su burro, compañeros, amigos, más que amo y animal de trabajo. Os diré un secreto que sabe todo el mundo que me conoce: Cuando yo nací, había peludo en casa y espero que mis hijos se jubilen teniendo peludo (vale, era un mini perro, pero en esto, sí que es verdad que el tamaño no importa). El texto está escrito en prosa, pero toda mi vida pensé que eran poemas cuando leía fragmentos e libros de texto, con eso os hacéis una idea de la belleza y riqueza de vocabulario que tiene. Escrito en primera persona hace más de 100 años por un ganador de un premio Nobel de literatura, nada menos, desde el punto de vista del niño que monta y cuida de esa bola esponjosa, mientras cuenta, a veces a Platero, otras a nosotros, el día de su vida en un pueblo, uno de esos pueblos que desaparecen a pasos agigantados por la España vaciada. He tenido la gran suerte de encontrar en la biblioteca una versión que viene ilustrada a todo color en cada capítulo, lo que ha convertido esta lectura en un verdadero placer. Cada vez que Platero era abrazado por su niño, yo abrazaba a mi gato, son el consiguiente ronroneo o bufido, según el momento. Es un libro que lee en un momento, que deja el corazón encogido y un regusto agridulce que me va a durar bastante más de lo he tardado en leerlo. Totalmente recomendable.


Este texto de Juan Ramón Jiménez (premio Nobel de literatura) cuenta las andanzas de un niño y su asno, más una mascota que un animal de trabajo. Así de sencillo. Narrado con una lírica hermosa; los pasajes bucólicos no tienen un orden, son vivencias de la niñez, en ambientadas en un pueblito español llamado Moguer. Me hizo recordar travesuras de niño junto a mi compañero Pluto, el perrito que teníamos en casa.


Quiza el mas delicioso de los clasicos, ternura, inocencia, prosa y poesia que se encadenan y entremezclan.


La poesia ...a bordo de un burro,....blanco para mas INRI. Con toda la pureza de pensamiento Juan Ramon Jimenez recrea etapas de su vida con Platero como eje central y sempiterno acompañante, enternecedora narracion, los episodios bien escritos, usando un lenguaje coloquial e infantil entremezclados con sutilezas del mismo, La aparicion de platero, la ida a la escuela, los gitanos queriendolo robar, incluso la etapa de la guerra, finalmente la enfermedad y muerte, triste,triste, Platero.... ¿ tu nos ves ?....


Esta reelectura me ha hecho saltar las lágrimas. Lo leí de pequeña y ahora de nuevo después de tantos años. Hay ciertas cosas que aún me acordaba, como la descripción de Platero, que sencillamente me parece preciosa. En mi opinión particular no me parece un libro infantil en su conjunto, ya que hay ciertos conceptos que aunque estén descritos de una forma llana, y que pareciera una pluma casi espontánea no carecen de cierta complejidad. Estampa de Moguer la tierra del escritor, en el sur de España de hace algo más de un siglo, nos transporta a los recuerdos de este; el protagonista transmite sus impresiones a su burrito Platero, sobre escenas costumbristas del pueblo. Podemos encontrar capítulos llenos de ternura y nostalgia como: " Platero", "Amistad", "Alegría", "Almirante"; y otros con historias más áridas y críticas: "Sarito", "Pinito", "La yegua blanca", "Los gitanos". Para mí este libro es un imprescindible de la literatura española, y se va a convertir en uno de mis libros de cabecera 🐴💓


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FRASES DEL LIBRO PLATERO Y YO

"Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro"


Publicado porAna Loras

Platero, no sé si con su miedo o con el mío, trota, entra en el arroyo, pisa la luna y la hace pedazos.


Publicado porAxel Ferrándiz

“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.”


Publicado porjulia1955

Precisamente un hombre es un poeta cuando puede ser, espontánea y naturalmente, lo que es


Publicado porwatanabe21 🐺

Sabiendo tanto de Aritmetica y de definiciones de diccionario, se habia dejado secar el corazon y no sabia nada ni de ternura ni de amistad


Publicado porEdd62

Leo en un Diccionario: Asnografía, s. f.: Se dice, irónicamente, por descripción del asno. ¡Pobre asno! ¡Tan bueno, tan noble, tan agudo como eres! Irónicamente… ¿Por qué? ¿Ni una descripción seria mereces, tú, cuya descripción cierta sería un cuento de primavera? ¡Si al hombre que es bueno debieran decirle asno! ¡Si al asno que es malo debieran decirle hombre!


Publicado porhexekat