Uno de los casos más complejos y llenos de suspense de la célebre Serie Wallander. La noche de San Juan, alguien, agazapado tras un matorral, contempla cómo se divierten unos jóvenes... Por esas mismas fechas, ajeno al drama que se fragua, el inspector Kurt Wallander regresa de sus vacaciones, y en agosto, ya metido en la rutina, empieza a acusar un extraño agotamiento que está a punto de costarle la vida en un accidente de tráfico. Cuando acude al médico, se lleva un buen susto al saber el diagnóstico. Para colmo, Svedberg, uno de sus colegas, no aparece a su vuelta de las vacaciones, y una madre presiona a los agentes para que busquen a su hija: hace ya más de un mes, la joven se marchó de viaje con unos amigos de manera imprevista, y todo indica que las postales que han enviado son falsas. Svedberg, que sigue sin dar señales de vida, ¿no estaba investigando esas desapariciones? Wallander no puede ni imaginar las incógnitas que le presentará este caso... ni los sangrientos crímenes que deberá resolver, «y cuanto antes», como le pide el fiscal.
Más de quinientas páginas para una novela policíaca son muchas páginas. Pero el estilo Mankell hace que se disfruten con calma y atención. Una trama compleja, a veces un poco lenta en el desarrollo (entiendo que para significar la dificultad y los tiempos de la investigación) muy bien llevada en boca del inspector Wallander. Cuarto libro de la saga que leo y seguro que no será el último.
El mejor de los que he leído de la serie Wallander. Es realmente vertiginoso, en cada página sucede algo y nunca pierde el hilo de la narración. Con una revelación sorpresiva de uno de los personajes que acompañaron al detective en toda la saga. Recomendable 100 x 100.
Otra poderosa historia, la número 7 de Wallander, la serie de novela negra que me tiene fascinada desde que empecé a leerla. Me maravilla la habilidad del autor para sostener la intriga a lo largo de todo el relato dando pistas en dosis homeopáticas de la investigación policial, ya que en la mayor parte del libro, el protagonista reflexiona sobre los temas que le preocupan mientras que el caso policial prácticamente queda relegado a un segundo lugar. Y aún así el interés nunca decae. Y el suspenso no deja de crecer. La resolución y cierre no es ni espectacular ni épica, pero eso es lo de menos. Porque aquí, el cómo se cuenta es más importante que el qué y el cuándo. Hasta ahora, el mejor episodio. Larga vida a Kurt!
Menudo caso le ha tocado lidiar a wallander esta vez!!no saber por dónde te da el aire y encima con una salud pésima te hace estar medio libro deseando meterte dentro de él y decirle:¡Pero muchachooooooo!¿No lo ves?¿No te das cuent?😂😂😂y el nada...venga a dar vueltas y vueltas y su equipo con el...claro que tú ya sabes a medio libro quien o qué hace el asesino....eso es contar con mucha ventaja...después de "los perros de riga"el que más ha gustado.Conclusion:hasta la persona más normal del mundo,la persona más amable,más invisible puede albergar un sisino malo del to......La verdad es que el autor le ha dado mucho y bien a la almendra...por qué vaya librito.