El viaje a Gósol fue algo totalmente imprevisto e improvisado para Picasso y Fernande, quienes, dispuestos a una estancia urbana, se encontraron en medio de la mayor fortaleza de montañas que habían visto en su vida. Pero, en realidad, se estaba esgrimiendo un viaje mucho más audaz y definitivo: el tránsito vertiginoso del pintor hacia un nuevo lenguaje plástico y, con él, hacia la modernidad. Gósol fue, simplemente, el maravilloso escenario de esta gran aventura, probablemente el mejor de los que Picasso, urbanita de alma rústica, hubiera podido pergeñar jamás. jèssica jaques Pi (1967) es profesora de Estética y Teoría de las Artes en la uAB. Tradujo al catalán y editó la Crítica de la facultad de juzgar, de Inmanuel Kant (Barcelona, 2004) y ha publicado La estética del románico y el gótico en la presente colección (n.º 129). Coordina el Máster en Estética y Teoría del Arte contemporáneo Pensar l’art d’avui, del Departamento de Filosofía de la uAB y la Fundación joan Miró-Centro de Estudios de Arte Contemporáneo de Barcelona.